La Confederación General del Trabajo (CGT) había convocado a paro nacional sin movilización. Los reclamos unánimes de la organización incluían el cese de los despidos, el freno al aumento de tarifas, el rechazo al acuerdo con el FMI, entre otros. La modalidad planteada fue, sin embargo, cuestionada por gran parte de las regionales que decidieron movilizarse para expresar su descontento (ver pág. 8 y 9).
“Este paro nacional tiene que ser el inicio de un plan de lucha que vaya en contra de las políticas de ajuste que viene implementando el gobierno nacional”, manifestó Carlos Quintriqueo, titular de la CTA Neuquén. “La contundencia del paro marca el descontento que hay y la necesidad de que se cambie el rumbo económico”, planteó.
Sea Neuquén, Jujuy, Tierra del Fuego, Misiones, el conurbano bonaerense o Río Cuarto, la oposición a la agenda gubernamental nacional y un programa de gobierno «que incluya a los trabajadores» son las reivindicaciones fundamentales. «A la unidad en la calle tenemos que sumarle una unidad política de cara a un futuro cercano donde los argentinos volvamos a elegir representantes que defiendan verdaderamente los intereses de los trabajadores» dijo el titular de la CGT Río Cuarto, Ricardo Magallanes.
Las consignas en todas las regionales fueron coincidentes: «por tierra, techo y trabajo digno»; «basta de despidos»; «no a los tarifazos»; «no a la flexibilización laboral», entre otras. ¿Alcanzarán estas coincidencias y la lucha callejera para plantear programas plìticos superadores, desde las bases?