Tras los saqueos producidos el fin de semana pasado en la ciudad capital, Puerto Príncipe, los sindicatos de transportistas convocaron a una huelga general para los siguientes días lunes y martes. Las manifestaciones habían comenzado el viernes, cuando el gobierno anunció una suba de las tarifas de los combustibles en cumplimiento de un acuerdo con el FMI suscrito hace cinco meses. De inmediato se levantaron barricadas en todas las calles céntricas. La gasolina se encarecería en 38%, del diésel en 47% y en 51% el del querosén, conocido como «gas blanco», es más utilizado en todos los hogares. Además de saqueos de grandes supermercados y desmanes contra oficinas bancarias, hubo también pedidos de renuncia dirigidos al presidente Jovenel Moise. El lunes Moise pidió calma. «Ustedes me enviaron el mensaje y yo lo recibí. Corregí aquello que debía ser corregido». El gobierno justificaba la medida diciende que el combustible y la electricidad son una carga para el Estado que destina unos 14 mil millones de gourdes anualmente (210 millones 302 mil 720 dólares) para cubrir la energía y otros 17 mil millones (255 millones 367 mil 589 dólares) para los productos derivados del petróleo. A pesar de que en la noche del sábado los incrementos ya habían sido suspendidos, las protestan cesan. Ayer y antes de ayer, también ocurrieron disturbios y se montaron barricadas en muchas ciudades de las provincias.