Para el acumulado enero-agosto, los montos de cheques rechazados representaron 4,9% del total compensado; un valor máximo para la serie desde el año 2000 y más del doble del 2,4% verificado en idéntico lapso de 2017. Según la información brindada por Joaquín Berro Madero, del IERAL de la Fundación Mediterránea, «si se toman los montos rechazados y finalmente no cobrados, el cociente es sustancialmente inferior (aunque acelera respecto de años anteriores): pasa de promediar 1,3% durante los primeros ocho meses de 2017 a 1,8% el corriente año». Medido en porcentaje, al pasar del 1,3 al 1,8%, el crecimiento es de casi el 40% anual entre los cheques rebotados sin fondos. «Por un lado, los montos rechazados vía cheque reflejan un crecimiento inédito para la serie y; por el otro, los montos compensados por este mismo canal desaceleran su ritmo de expansión. Este proceso es el producto de recesión de la economía y mayor informalidad», precisa el informe.