El mercadeo de la política lo hizo posible. Dentro del Congreso, el peronismo de San Luis, Córdoba, Tucumán, Catamarca, Chaco y Misiones acompañaron al bloque de diputados de Cambiemos y dieron el quórum necesario para tratar el Presupuesto 2019. Afuera, las columnas de organizaciones sociales y sindicales se apostaron en la calle manifestando el rechazo a la propuesta oficial pero sin la contundencia y determinación de diciembre de 2017.
Aquella efervescencia que desde septiembre de 2016 comenzó a brotar por todos los poros del tejido social y en cada localidad del territorio, fue capturada y convertida en base electoral para 2019.
Es que había ganado una iniciativa que desbordaba las representaciones instituidas, tanto las partidarias como las sectoriales, y los mediadores políticos profesionales -oficialistas y opositores- requirieron que el juego no se les escape de las manos.
El movimiento social de protesta que estaba en lucha fue encolumnado como argumento de las distintas formas de la oposición parlamentaria y atesorado por cada quien como moneda de cambio para la carrera electoral del año próximo.
El movimiento social de protesta que estaba en lucha fue encolumnado como argumento de las distintas formas de la oposición parlamentaria y atesorado por cada quien como moneda de cambio para la carrera electoral del año próximo.
No fue automático, ni sucedió de un día para otro. Este miércoles fue la expresión de los resultados del trabajo en el que se embarcó la dirigencia para reencausar en los canales normales el torrente social que podía llegar a desbordarlos. Tanto en el campo sindical como en el estudiantil, en el empresarial y en el territorial, pusieron en circulación diversos formatos y marcas, orientados en su conjunto a capturar la más amplia cantidad de organizaciones según sus diversos matices e identidades.
Conforme a los movimientos del capital, la política de oposición entró en su fase de centralización. Y, como el capital, empobrece, limita y hasta quiebra las posibilidades de cualquier otro desarrollo, en este caso, en el terreno político social.
Los mediadores de la política utilizan la organización del pueblo y negocian el frente social.
Este es el mecanismo normal del sistema institucional de las sociedades organizadas para reproducir, socialmente, las condiciones de explotación y acumulación del capital.
Solo viéndolo como mecanismo se comprende que es un límite para la expresión de las organizaciones libres del pueblo. Y comprender es enfocar el trabajo necesario en superar ese límite.
Caso contario, tanto la explicación sociológica crítica como el apego a la tradición y la mística seguirán dando vueltas allí dentro, sin solución de continuidad, aceitando los engranajes de esa misma ilusión.
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