La Cámara de Diputados aprobó el miércoles el proyecto de Ley del Presupuesto Nacional 2019 que preparó el gobierno de la Alianza UCR-PRO. La sesión inició con los 106 legisladores del bloque oficialista más otros 20 que se plegaron para dar quórum. En su mayoría, del interbloque Argentina Federal que responde a la liga de los gobernadores peronistas.
Largada ya la sesión, el Ministerio de Obras Públicas y Viviendas emitió la resolución 18/2018 anunciando el giro de 4.125 millones para las provincias que suscribieron el Consenso Fiscal de noviembre de 2017. La partida es para obras que se hayan estado realizando con el ya inexistente Fondo Sojero.
La sesión había iniciado a las 11:30 y duró 18 horas. La votación final fue de 138 a 103 y 8 abstenciones. Otra vez, con las manos en alto de sectores del PJ.
La propuesta presupuestaria del equipo que encabeza Mauricio Macri expresa todo el recorte de recursos públicos que a fines de septiembre le solicitó el FMI para viabilizar la ampliación del préstamo de 50.000 millones de dólares pactado en junio y subirlo a 57.100 millones.
Aquel fue un anuncio anticipado hecho desde Nueva York. Aunque salieron en la misma foto, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, dio las buenas nuevas del acuerdo y la presidenta del FMI, Christine Lagarde, le acomodó un condicionante: «se verá respaldado por un presupuesto adecuado que sea sustentable». Hoy mismo se reúne el directorio del FMI para tratar la aprobación final del crédito stand by.
Así de ceñido estaba lo que sucediera en el Congreso. El presidente -consigna el diario BAE Negocios- siguió desde la Quinta de Olivos el debate de los diputados y cuando comenzaron los incidentes afuera, se comunicó con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, para transmitirle que era necesario asegurar la discusión del proyecto.
La alianza del gobierno no está en estas calles.
En estas calles
El operativo policial reprimió inicialmente con carros hidrantes a un grupo de encapuchados arrojaban piedras y petardos por sobre el vallado que circundaba el edificio del Congreso. Pero luego se desplegó más allá de hasta 20 cuadras del Congreso persiguiendo en motos, con balas de goma y gases, a las columnas de manifestantes que ya se retiraban definitivamente. Hubo finalmente alrededor de 30 detenidos.
«Tratan de impedir el voto de un Presupuesto y la opinión de cada uno de los diputados a través del impedimento por medio de la violencia», sentenció Bullrich esa misma tarde al explicar por TV el accionar de las fuerzas bajo su órbita.
El sábado anterior hubo una gran concentración frente a la Basílica de Lujan para participar de la misa celebrada por el obispo de Mercedes-Luján, Agustín Radrizzani. Fue también un acto de rechazo a las políticas de gobierno. Como todos los años, organizaciones sindicales convocan allí «Por pan, paz y trabajo». Y no hubo ningún incidente.
La consigna de este miércoles era “No al Presupuesto. Basta de hambre y exclusión”. La protesta iba a iniciar a las 14 horas, con las columnas sindicales ingresando a la Plaza de los Dos Congresos por Avenida de Mayo. Pero ni ingresaron. «Apenas caminamos una cuadra y se largó la represión», dijo un militante de la Corriente Federal de los Trabajadores (CFT) que se había apostado sobre Avenida Entre Ríos y Belgrano. No mucho más tarde se inició la desconcentración de las organizaciones que inclusive habían viajado largas horas desde las provincias.
Algunas pasaron la noche en la plaza con ollas populares reclamando además una Ley de Emergencia Alimentaria. Las federaciones nacionales de sindicatos educativos, CTERA y CONADU, habían decretado paro por 24 horas. También lo hizo La Bancaria.
La represión fue temprana y la desconcentración también. Con las calles limpias, en el Parlamento continuaron las exposiciones en su mayoría a cargo de diputados de distintos partidos de la oposición.
“Los que levanten la mano a favor hoy son un puñado de traidores a la clase trabajadora”, azuzó el dirigente bancario Sergio Palazzo. «Estamos en la calle y con los compañeros -dijo el miércoles- para reclamarle a la CGT que el paro de 36 horas lo haga la semana que viene porque es tarde hacerlo después.”
La conducción de CGT circuló un comunicado. Fue un rato después de iniciada la sesión, para expresar su «profundo rechazo» al presupuesto porque es un “compromiso espurio con el FMI”.
Más frío
Con razón dice Morales Solá en su editorial de ayer del diario La Nación, que el proyecto de ingresos y egresos 2019 ajusta más por los primeros que por los segundos. En los primeros años de este gobierno, la vida económica interna (es decir, la vida doméstica misma) fue contraída y ahora, además, congelada.
La suba de tarifas que ya llega al 1.600 %, la baja de la masa salarial y de su poder adquisitivo también. Fue en definitiva, una reforma laboral de hecho.
El Estimador Mensual de Actividad Económica de agosto, que también ayer dio a conocer el INDEC, muestra que la actividad comercial, la industria manufacturera, los servicios comunitarios y sociales y el transporte, siguen por debajo de los niveles del año pasado. Es ya el octavo mes de 2018 con el mismo registro.
Tan obvio como lo anterior es que los sectores que siguen mejorando su actividad son bancos e intermediación financiera (7,1%)) y electricidad, agua y gas (3,3%).
«El equilibrio fiscal no lo vamos a lograr si no tenemos una economía en crecimiento», dijo el diputado Marco Lavagna, integrante del Frente Renovador, durante su exposición de rechazo al proyecto oficial.
Es que ese fue el eje que vienen utilizando el gobierno: no gastar más de lo que hay. De hecho, la del presupuesto 2019 es llamada «Ley del Déficit Cero».
Papel opositor
Igual que para retrotraer las tarifas de gas, la oposición volvió a ensayar su unidad. La razón argumental y los datos fueron más que suficientes para satisfacer el papel opositor lógico y esperable. Pero como no puede torcer el curso general aporta el variopinto de voces que legitima esta democracia liberal.
Con hacer lo que a cada uno le toca, no alcanza. Las representaciones sectoriales otra vez dispuestas en la calle, no tuvieron el mismo valor que meses atrás.
Con el presupuesto votado, el ajuste ya no es política del equipo del presidente sino de todo el sistema de gobierno. Quizás sea entonces que, como se la comparte, se la acompaña para que sea Ley.
“Sin ser parte del gobierno nacional y teniendo diferencias en materia económica, con-sidero que todo país tiene que tener un presupuesto para poder trabajar sobre bases sólidas. Esto hace a la gober-nabilidad y a la institucio-nalidad de Argentina”. Así se excusó desde Córdoba el gobernador Juan Schiaretti. Sus diputados levantaron la mano para llegar a los 138 votos afirmativos.
Buenos y malos
Desde la carcel, Amado Bouduo atacó ese apego formalista del papel opositor. «La tan mentada gobernabilidad se construye con buen gobierno y buenas políticas. No mediante acuerdos superestructurales que desprecian el profundo sentido de los votantes», dice la columna publicada el martes en www.elcohetealaluna.com, sitio informativo de Horacio Vertbisky.
En otro párrafo, sin embargo, demuestra que él también parte del mismo supuesto formal: «el gobierno ha demostrado impericia en la ejecución presupuestaria de cada año no solo por la concepción ideológica de sus propuestas sino también por la incapacidad de su equipo de CEOs para gestionar».
Por el contrario, se podría decir que han cumplido con creces el objetivo para el que llegaron a ser gobierno.
Recordemos que Macri festejó en Nueva York el anuncio con el FMI mientras en su país las calles, estaba de paro general y protesta. ¿Por qué esperarían ahora que sea de forma?
Lo concreto es que en 2019 la población vivirá peor aún.
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