Con el dólar casi a 45 pesos, es decir, una devaluación del peso argentino de cerca del 80 por ciento en los últimos 3 años, las condiciones de vida se pusieron cada vez peores (ver «Pobreza en alza»).
Esta situación no niega que gran parte de las políticas desarrolladas por Cambiemos han logrado un proceso de acumulación muy importante para un sector empresario que ya es de escala global, aunque aparezca con DNI argentino.
La tan mencionada tasa de interés que permitió la «bicicleta financiera», fortaleció a esta fracción de capitales que ahora forma parte de empresas que antes podían referenciarse como de «capitales nacionales».
Las empresas energéticas son justamente una de las mayores beneficiadas del modelo de Cambiemos. Hace 10 días, un relevamiento de Research for Traders -empresa que se dedica a analizar los mercados- daba cuenta de que en el período 2015-2019 las empresas locales que cotizan en la Bolsa porteña perdieron un valor del 17% de promedio en dólares. Pero eso es solamente una media. En realidad, de 64 empresas analizadas, solo 21 obtuvieron crecimiento en la moneda norteamericana. Y esas empresas, su mayoría, pertenecen al grupo de las energéticas que controlan fundamentalmente la generación de la electricidad en este país (ver «Ganadores y perdedores en la bolsa porteña»).
Por caso, el 44 por ciento de la generación de la energía eléctrica la producen cuatro empresas: ENEL (12%), Pampa Energía (11,5%), Central Puerto (9,5%) y AES (11%). El restante porcentaje en la generación se lo dividen entre empresas públicas nacionales y provinciales con 27,45%; y un 28,55% se lo reparten decenas de empresas privadas (tanto de arraigo local como trasnacionales).
El 44 por ciento de la generación de la energía eléctrica la producen cuatro empresas: ENEL (12%), Pampa Energía (11,5%), Central Puerto (9,5%) y AES (11%).
Pero al hilar fino, detrás de estas empresas, se encuentran fondos financieros de inversión que tienen acciones en las mismas . Tal es el caso del fondo de inversión asentado en Estados Unidos (EEUU) Black Rock o Bienville cuyos directivos mantuvieron reuniones con el propio presidente Mauricio Macri con promesas de inversiones.
Cierto es que en estas empresas aparecen sus dueños nacionales como Marcelo Mindlin, CEO y accionista controlante de Pampa Energía, o la propia familia Caputo con sus acciones en Central Puerto. Pero estos dueños ya comparten no solo los directorios sino el propio mecanismo de acumulación global.
Es el capital
Cuando se hace mención a la «bicicleta financiera», muchas veces pareciera que los fondos financieros nada tienen que ver con la producción. Y en el caso energético deja claro cómo justamente ese patrón de acumulación se va metiendo los propios directorios de las empresas.
Bien lo dejó marcado el economista Gustavo Zanotti cuando analizó la devaluación entre enero y septiembre de 2018 y de qué manera las diez empresas de la cúpula empresa argentina ganaron 42 mil millones de pesos, mientras sus ganancias provenientes de la actividad principal fueron de 82 mil millones. O sea, el 51 % de sus ganancias no se explican precisamente con la puesta en marcha de la actividad productiva. Zanotti plantea que muchas invirtieron en activos financieros dolarizados por unos 93 mil millones de pesos, cuando en lo productivo invirtieron 87 mil millones en el mismo período.
No es casualidad que en esta lista estén por ejemplo Pampa Energía que realizó inversiones financieras dolarizadas por unos 50 mil millones de pesos en el período de enero a septiembre, contra una inversión productiva de 10 mil millones y ganó 11 mil millones con la devaluación, el 61 % de su ganancia operativa. AES, otra de las energéticas, realizó inversiones productivas por 256 millones de pesos en este período, 4301 millones de pesos en inversión financiera y obtuvo una ganancia por devaluación de 2895 millones de pesos, el 98 % de su ganancia operativa.
Vaya los vaivenes de la historia, el grupo AES fue uno de los interesados en comprar la empresa pública de energía provincial EPEC, cuando en el 2001 el ex gobernador De la Sota impulsó su privatización, finalmente desechada.
En agosto del año pasado, el actual gobernador Juan Schiaretti planteó una reforma de segmentación del sistema eléctrico provincial con un fuerte rechazo de los trabajadores de Luz y Fuerza (ver «Privatización» y «En CABA y Buenos Aires»).
Los que pierden, pelean
Si el informe de Research for Traders daba cuenta que solo 21 empresas aumentaron su valores dólares, el resto -queda claro- perdió su valor en el periódo 2015-2019 (ver «Perdedores»).
Y esto es lo que hace que un grueso de este sector empresario, quizá más asentado en el complejo metalúrgico-automotriz, empiece a dar pelea porque bajo las condiciones de este modelo están perdiendo. Es por eso que esta semana, la Unión Industrial Argentina (UIA) criticó las políticas del Banco Central de la República Argentina (BCRA).
En un comunicado de prensa plantearon: «Los representantes sectoriales y regionales manifestaron las crecientes dificultades para acceder al capital de trabajo y la presión sobre los costos que se generan con el actual esquema financiero. Se coincidió en el carácter prioritario de que se reduzca rápidamente la tasa de interés en función de evitar que se profundice la recesión. Entre enero de 2018 y enero de 2019, el crédito PyME cayó en términos reales 21%».
En la reunión de la Junta Directiva de la entidad empresaria, los empresarios dejaron de manifiesto que las políticas del BCRA es “la responsable de la muerte de miles de pymes». Mientras tanto, el dólar y las tasas suben, al igual que la pobreza.