El argumento de que el uso del suelo no podría variar -de espacio verde a uso residencial, por ejemplo- no se sustenta en la historia reciente de la ciudad. En 2011, cambió el uso permitido de las 4,5 hectáreas que se encuentran frente a la Nueva Terminal de Río Cuarto: de la potencialidad de contar con un gran espacio verde, en la parcela fue autorizada la construcción de torres de oficinas, departamentos y comercios. La zona hoy está signada por grandes desarrollos inmobiliarios, crecidos gracias a un Plan Urbano que calzó -justo- a la medida del mercado.