El 8 de noviembre de 2017, cuarenta y cuatro marinos argentinos se embarcaron en misión de custodia de nuestra soberanía marítima en el Atlántico Sur. Siete días después la unidad perdió contacto con la base y lo que sigue es historia conocida: terminó siendo su última misión, el final de sus vidas.
La tragedia dejó al descubierto la calamitosa situación en la cual se encuentra la institución militar y por lo tanto nuestra soberanía nacional.
La única función de nuestras Fuerzas Armadas es actuar con prontitud en una estrategia de defensa regional junto a los países hermanos, con base en un país industrializado, para el cuidado de la porción continental americana de la
Argentina, de sus espacios oceánicos y, por supuesto, de su proyección antártica. Existe hoy una concepción ideológica del mundo y de nuestro país que mira a la Argentina como una mera colonia de intereses transnacionales y una base de operaciones del capital financiero.
La redefinición de las funciones de las FFAA para enfrentar “las nuevas amenazas” (el narcotráfico y el terrorismo) es el correlato geoestratégico de la subordinación del país al capital financiero global.
Esto es lo que debe cambiar frente a la actual situación internacional.
La Comisión de Desarrollo Cultural e Histórico “Arturo Jauretche” organizó un acto en la Ciudad de Río Cuarto el pasado 15 de noviembre de 2019, al cumplirse el segundo aniversario de la pérdida de nuestra arma submarina con los 44 compatriotas a bordo. También fue la principal gestora del mural permanente que, en el corazón de la ciudad, deja registro del sentido y respetuoso reconocimiento a los submarinistas del ARA SAN JUAN.
La vocación de nuestros 44 héroes debe llevar al conjunto a las reflexiones que nos aproximen en un futuro a una soberanía efectiva sobre los territorios que ya custodian eternamente nuestros centinelas.
Hoy la batalla por la soberanía es cultural y política. Reclamamos VERDAD, MEMORIAy JUSTICIA.
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