Mientras los contagiados por Covid-19 aumentan fundamentalmente en distintas provincias como Córdoba, los trabajadores de la salud están sobrepasados. Este jueves lo hicieron saber en un reclamo que se expresó a lo largo y ancho del país por mejores condiciones laborales para afrontar esta situación.
Quiénes están en la primera linea de contacto luchando contra este virus que acecha, reclaman condiciones para su trabajo.
“Hay una incorporación insuficiente de personal porque es un equipo el que trabaja en un hospital. Desde mantenimiento, técnicos de rayos, laboratorio, bioquímicos, farmacéuticos, todos formamos parte de un equipo que le da soporte a la tarea del médico y el enfermero”, explicó Valentina Noroña, trabajadora en el Hospital San Antonio de Padua de la ciudad de Río Cuarto e integrante de la Unión de Trabajadores de la Salud (UTS).
En cuanto a enfermeros en Córdoba capital, en el hospital Materno Provincial hay un déficit de 60, en el Hospital de Niños 140 y en el San Roque 80, indicó Gabriela Garcia, trabajadora del Hospital Materno Provincial, delegada de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y Licenciada en Enfermería.
“Basta con ver la página de la provincia para ver que los presupuestos son cada vez menores para la salud”, manifestó García quien planteó: “No hay altas por bajas, los trabajadores que se jubilan, fallecen o se retiran, no son reemplazados directamente por otra gente. La demanda es el doble o el triple con la mitad o el tercio de la gente que se debería tener. Esto se traduce en el cierre de camas, falta de consultorios y en la sobredemanda”.
Sobre exigidos
La falta de personal y el aumento de casos ponen a los trabajadores con una exposición alta en sus jornadas de trabajo. “No somos héroes, somos trabajadores”, aclaró Noroña. “Tenemos familia, tenemos que cuidarnos, volver a nuestras casas y cumplir nuestros roles. No podemos cumplir horarios por encima de lo acordado, hay guardias que no tienen reemplazo y te tenes que quedar mas horas. Esta situación agota al trabajador y hace cometer involuntariamente errores”, explicó.
“Nos vamos y no sabemos si volvemos a nuestro hogar”, comentó García quien sostuvo que el agotamiento físico y mental es un combo explosivo. Esto se traduce en mayor cantidad de carpetas médicas: “no es lo mismo una enfermera que tenga que hacer 8 horas de trabajo que 24 por disposición del COE. A a la hora de quitarnos el equipo de protección personal, se pueden cometer errores y los errores se traducen en enfermedad”.
Salarios sin recomposición
Los trabajadores piden al gobierno nacional que el bono de 5.000 pesos sea incrementado a 10.000 y dure hasta diciembre y no que termine en julio. Noroña comentó que dicho bono lo cobran con un retraso de dos meses y que los acuerdos salariales “siempre están muy por debajo de la inflación y es una constante en los últimos 10 años”.
El hecho que no realicen testeos periódicos al personal de salud es un problema porque como el salario no alcanza existe un alto nivel de pluriempleo. “Si hay un brote en el hospital x, no es solamente en ese hospital x, porque ahí hay gente que trabaja en el hospital y, w, z”, graficó García.
“Hay especialidades que no tienen reemplazo. La actividad mas pisoteada es la de enfermeras. Hace más de 15 años que no se nos recategoriza y estamos 8 horas al lado del paciente”, dijo García y concluyó: “15 años de servicio en la provincia, docente en la universidad y no llego a los 60 mil pesos. Tengo especialidades y la provincia no te reconoce nada mas que tu título”.
Desprotección y miedo
Los trabajadores plantean que los elementos de protección no son de la calidad de que se requiere.
“Se nos matan de risa. Los equipos de protección dan vergüenza en algunos lugares. Tenes que estar peleando todos los días por un barbijo n 95, para conseguir una bata es una batalla campal”, indicó García.
Noroña planteó que “hay mucho desconcierto y la falta de información genera temor e incertidumbre”.
Salud enferma
Noroña comentó que desde el COE no dan participación absoluta a ninguno de los trabajadores: “es un manejo muy vertical, se toman decisiones desde un organismo central y se bajan”.
García dijo que la gente que “se recuperó no se recupero porque el aire es bueno, se recuperó porque hubo todo un equipo atrás que peleó y empujó para que esa gente esté inserta en la sociedad”.
Pero si hay algo que está enfermo es el propio sistema de salud. “Está en terapia intensiva, con una falla multiorgánica, porque hace agua por todos lados, es una casa vieja, que se le filtra agua, le entra aire por todos lados, donde las aberturas no cierran bien y los muebles están todos rotos. No hay inversión de ningún tipo y nadie se hace cargo”, concluyó García.