Si existe primera línea en los trabajadores de la salud, son los terapistas intensivos quiénes justamente batallan contra las consecuencias más complicadas del COVID-19. Esta semana, la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) dejó en claro que el problema principal de la pandemia está en las condiciones de los trabajadores. “La cuestión principal, sin embargo, es la escasez de los trabajadores de la terapia intensiva, que a diferencia de las camas y los respiradores, no pueden multiplicarse”, indicaron en un comunicado.
“Los intensivistas, que ya éramos pocos antes de la pandemia, hoy nos encontramos al límite de nuestras fuerzas, raleados por la enfermedad, exhaustos por el trabajo continuo e intenso, atendiendo cada vez más a pacientes”, manifestaron.
Sostuvieron que tienen que “trabajar en más de un lugar para llegar a fin de mes. Por horas y horas de trabajo estresante, agotador, pese a ser profesionales altamente calificados y entrenados, ganamos increíblemente bajos”.
Y concluyeron que “el virus nos está ganando” porque “el personal sanitario está colapsado, los intensivistas están colapsados, el sistema de salud está al borde del colapso”.
Reunión con Fernández
Tras el comunicado de la SATI, este miércoles el presidente Alberto Fernández recibió en la residencia de Olivos a un grupo de terapistas y trabajadores de la salud.
Acompañado por el ministro de Salud, Ginés González García, el presidente se reunió con la epidemióloga María Martha Iglesias, la kinesióloga Claudia Mendoza, el médico y miembro de la SATI Arnaldo Dubin, el emergentólogo Alfredo Calixto Ramos, la promotora de salud Rocío Beatriz Domecq, el jefe de Clínica del Hospital Posadas Pablo Díaz Aguiar, la kinesióloga y psicóloga Liliana Coulatti y la psicóloga y operadora terapéutica Paola Lucero.
En declaraciones a la prensa, Arnaldo Dubin destacó al Presidente por haber implementado «una cuarentena que ha salvado decenas de miles de vidas en el país», aunque expresó su preocupación y la de los trabajadores de la salud, en relación al creciente aumento de casos y a las «aperturas que son una invitación al desmadre».
«Estamos agotados físicamente, exhaustos en lo psicológico. Cometemos errores, nos enfermamos. Hay compañeros que han fallecido. Por lo tanto, los resultados en el funcionamiento de las terapias intensivas ya no son los mismos. Y hay índices que nos preocupan. La letalidad está aumentando», manifestó.
El médico señaló que, según relevamientos de SATI sobre una muestra en 30 hospitales públicos y privados, en la Ciudad de Buenos Aires, la ocupación de camas en las UTIs es de «alrededor del 90 por ciento».
Además, se refirió a la provincia de Jujuy, donde hay distritos con plena ocupación en las terapias intensivas, y graficó que pese a que «sobran camas y respiradores, no hay personal sanitario» y que incluso el Ministerio de Salud de la Nación ha «hecho esfuerzos enormes para conseguir intensivistas, hoy una especie en extinción».
Llamados a la comunidad
La preocupación por la situación llegó a Facultades de Medicina quiénes pusieron en comunicados la situación que está atravesando el país por la pandemia.
“El personal de salud ha realizado y continua realizando, un esfuerzo extraordinario. Día a día ponen en juego su salud y la de sus seres queridos”, expresó en una Carta Abierta la Facultad de Medicina de Buenos Aires. “A las autoridades les solicitamos, con carácter urgente, fortalecer el sistema de salud, mediante la incorporación de personal idóneo y equipamiento adecuado”, indicaron y agregaron: “estamos agotados de trabajar en este contexto y en estas condiciones laborales”. Esta carta también la firmaron: Cátedra de Inmunología, Claustro de Graduados de la Facultad de Medicina, Escuela de Salud Pública, Sociedad Argentina de Pediatría y Departamento de Pediatría.
También la Facultad de Ciencias Médica de la Universidad Nacional de La Plata se manifestó esta semana: “el colapso del sistema sanitario está cercano”. Además, indicaron que la mayor angustia “es el recurso humano; la situación en la que se encuentra el personal sanitario, que a diferencia de las camas y respiradores, no puede multiplicarse”.
Y llamaron a la sociedad a involucrarse: “que reflexione y que cumpla con medidas simples pero importantes, avaladas científicamente”: distanciamiento social, uso de tapabocas, lavado frecuente de manos, no aglomerarse, no hacer reuniones.