El 18 de septiembre se realizó la 6° de la CELAC (Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), en la Ciudad de México, luego de cuatro años sin reunirse.
En esta edición, no contó con la presencia de Brasil, quien abandonó el bloque a principios de 2020, ni con Colombia, quien expresó a través de su cancillería que “no reconoce el gobierno de facto” de Nicolás Maduro en Venezuela
El principal contrapunto se produjo entre los líderes de Uruguay y Paraguay y los mandatarios de Nicaragua, Venezuela y Cuba. Estos últimos cuestionaron a los gobiernos funcionales a EEUU y a la Organización de los Estados Americanos, con el apoyo de otras voces como las provenientes de Bolivia, Perú e incluso El Salvador.
Luis Lacalle Pou, presidente de Uruguay, dijo: “Nosotros en esta voz tranquila pero firme debemos decir con preocupación que vemos gravemente lo que ocurre en Cuba, Nicaragua y Venezuela”, mientras que Mario Abdo Benítez, de Paraguay, expresó: “mi presencia en esta cumbre, en ningún sentido ni circunstancia, representa el reconocimiento al Gobierno del señor Nicolás Maduro”.
Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, en su intervención planteó que “hay una contradicción fundamental entre la OEA y la Celac. Es la misma contradicción que existe entre el monroismo y el bolivarismo”. Luis Arce, presidente de Bolivia, por su parte dijo: “La OEA en vez de actuar bajo los mandatos de la Carta Democrática actúa en contra de los principios de la democracia. Su creciente injerencia en los asuntos de los Estados no contribuye a la solución pacífica de controversias, sino que las genera“.
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En su primera cumbre latinoamericana, Pedro Castillo, presidente de Perú, manifestó que “la necesidad de integración latinoamericana y el Caribe no es un tema coyuntural, sino, de verdad, es una gran necesidad. Es el sueño de Bolívar, San Martín y Túpac Amaru. Pero también de Juan Carlos Mariátegui”.
El canciller de Nicaragua, por su parte, también acusó al gobierno argentino de trabajar con el gobierno de los EEUU y ser un instrumento del imperialismo norteamericano, tras el apoyo de Alberto Fernández y de Felipe Solá al “Informe Bachelet”, sobre la situación en el país centroamericano. Anticipó así que no apoyará la candidatura argentina a la presidencia pro-tempore del organismo.
Juan Carlos Valle Raleigh, subsecretario de Asuntos de América Latina de Argentina, rechazó “todos los términos de la intervención del canciller Moncada” y aseguró que “las acusaciones son absolutamente falsas”. “Lo que está pasando con esta intervención es que estamos haciendo un juego que no queremos: estamos debilitando a la CELAC y le estamos dando letra al secretario general de la OEA (el uruguayo Luis Almagro)”. “Uno de los pilares de nuestra política exterior es justamente la no injerencia. Siempre hemos sostenido que cada país debe encontrar su camino”. “La Argentina no ha acompañado ninguna de las iniciativas que han apuntado a aislar al Gobierno de Nicaragua, convencidos de que no es la manera”.
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“DECLARACIÓN DE MÉXICO”
Tras la cumbre se acordó unánimemente firmar la “Declaración de la Ciudad de México”, la cual conta de 44 puntos, entre las que condena el asesinato del presidente de Haití, llama al reparto equitativo de vacunas, avala un sistema multilateral de comercio y un Informe de situación de la CEPAL, acompaña el reclamo argentino por Malvinas, apunta al crecimiento económico y la sostenibilidad financiera de los países, entre otros ítems.
SALUDOS DE CHINA
Xi Jinping, presidente de China, envió un video de salutación, en el que planteó: “Pese a las vicisitudes internacionales, los vínculos entre China y la región ya han entrado en una nueva era caracterizada por la igualdad, el beneficio mutuo, la innovación, la apertura y el bienestar para los pueblos”.