Durante la semana pasada, el presidente ruso, Vladimir Putin, anunció que aquellos clientes considerados “hostiles” deberán pagar el gas en rublos, abriendo cuentas en bancos rusos, a partir del día de hoy.
Este miércoles presentó televisivamente el nuevo decreto y manifestó que la falta de pagos en moneda rusa daría lugar a la “detención de los contratos existentes”. “Nadie nos vende nada gratis y nosotros tampoco haremos obras de caridad”, desafió y dijo: “el incumplimiento de estos pagos se considerará un incumplimiento del deber del comprador y tendrá todas las consecuencias necesarias”.
Sin embargo, horas después y tras una conversación del mandatario ruso con el canciller alemán, Olaf Scholz, la medida se moderó. “Los pagos seguirán realizándose en euros y serán transferidos como de costumbre al banco de Gazprom, que no se ve afectado por las sanciones”, dijo.
En los días previos, tanto el Consejo Europeo como el G7 rechazaron el pago en rublos y así lo expresaron los distintos mandatarios de los distintos países, quienes, ante el escenario propuesto por Rusia, iniciaron acciones preventivas. Bruno Le Maire, ministro de Economía de Francia, asumió que “puede darse una situación en la cual el día de mañana, en circunstancias muy particulares, no haya más gas ruso (…) nos corresponde prepararnos para ese escenario y lo estamos haciendo”.
El mismo miércoles, Alemania comunicó la activación de un plan de emergencia para prepararse frente a un posible corte de gas, mientras que las autoridades de Grecia e Italia afirmaron que están evaluando medidas similares.
¿Cómo se pagará el gas?
Según los documentos oficiales, el banco Gazprombank (no sancionado), será quien abra a pedido de los compradores extranjeros cuentas bancarias especiales en moneda extranjera y en rublos. Una vez depositados los pagos en moneda extranjera, el banco hace la conversión mediante su venta en la Bolsa de Moscú y deposita los fondos en rublos obtenidos por la operación en la otra cuenta, desde donde se realiza la transacción al vendedor.