América, desde la colonización a esta parte, siempre fue pensada – desde los países dominantes – como un territorio productivo a ser explotado. Sin embargo, hay desde ésa misma idea de dominio sobre los recursos, una idea de emancipación. Pero, ¿qué procesos dieron origen a esa emancipación que hoy vemos condicionada?
Desde mediados del siglo XVII -cuando la economía británica alcanza ultramar por el establecimiento de colonias en todos los continentes-, comienza a formarse una creciente burguesía plebeya que exige libertad de comercio que vence y se funda la primera república europea en 1649, dando lugar al Reino Unido de Gran Bretaña como potencia militar. Posteriormente nace la República de Estados Unidos de Norteamérica en 1776 y estalla la Revolución Francesa (1789). La demanda de acceso al poder, igualdad para el reparto de tierras, libre comercio e igualdad de derechos para pagar impuestos es la característica de estas revoluciones sociales, que adquieren el mismo tono en toda América, ya que son repúblicas que superan la etapa absolutista monárquica, situación que conduce a una crisis mundial por un nuevo orden. Es decir, sobre los restos del Imperio Español, emergen los imperios británico y franco a disputar una nueva hegemonía que se resuelve tras la Batalla de Waterloo (1815). Aclaramos cómo caracterizamos la guerra.
En la sociedad capitalista, el enfrentamiento bélico o lucha técnico-militar es la última etapa de un conflicto tras una crisis del capital que se agudiza y toma forma de guerra técnico-militar y que se resuelve cuando un capital subordina al oponente. En ése orden, la Primera Guerra Mundial se desarrolla entre 1740 a 1815 y es el enfrentamiento entre el imperio británico y aliados, contra el imperio francés y sus aliados por el reparto de todos los territorios productivos del planeta conquistados desde Europa. Como primer resultado del enfrentamiento mundial entre Francia e Inglaterra, emerge un tercer actor, Estados Unidos (EEUU), también surgen los países de Sudamérica, como eslabón débil de la cadena de valor mundial.
El inicio de la Revolución industrial no hace más que precipitar los hechos, tras la Batalla de Trafalgar (1805), se rompe la alianza imperial de España con el imperio francés, que invadió España y Portugal. La orfandad del Territorio Productivo Sudamericano (TPS), permite al Imperio Británico invadir el Río de La Plata, pero después de un breve fracaso militar (1806-1809) decide operar para la instalación de neo colonias, invirtiendo recursos para las guerras de independencia.
En ése proceso independentista aparece la Argentina de 1816, como síntesis del cierre imperial de una etapa, tras la mencionada Batalla de Waterloo y el desarrollo de fenómenos que aún hoy permanecen, desde la época colonial española. Tal es el caso del status quo de la city porteña (CABA) y de las burguesías provincianas retrógradas, por haberse fundado primero la Intendencia de Buenos Aires y las postas aduaneras como sistema de administración extranjera.
El escenario de debilidad relativa siempre se manifiesta en Argentina y tiene relación histórica con la lucha por la desnacionalización de los recursos, así lo demuestra la Batalla de la Vuelta de Obligado; la Guerra Civil Argentina, con la Batalla de Pavón financiada por Gran Bretaña desde Brasil; la Guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay; la Guerra de Malvinas; la Reforma Constitucional de 1994.
Es así como vemos que la actual condición de la Argentina es heredada de las contradicciones propias de la situación mundial, donde la Argentina juega un papel no menor dentro de la cadena de producción mundial, donde la relación de dependencia no es absoluta y los ascensos revolucionarios se producen toda vez que hay lucha de capitales a nivel mundial. Cobra importancia observar una gran tensión a nivel global con la profundización de la crisis capitalista y la debilidad creciente de los EEUU, con índice de inflación mundial más alto desde 1972 y el debilitamiento del patrón dólar, por la política de venta en Rublos de la energía provista por la Federación Rusa a Europa. Por lo que en escenarios de alza en la reactivación económica post pandemia global, los países emergentes adquieren mayor capacidad de negociación frente a escases de recursos por la guerra en desarrollo.
Miguel Jiménez, docente y presidente de Biblioteca Popular 29 de Mayo.