E
n pleno desarrollo de la guerra mundial por todos los medios, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) tuvo su cumbre en Madrid, España, en la que cerró filas apuntando a un enemigo común.
El encuentro tuvo lugar el 29 y 30 de junio en el continente europeo, donde la OTAN tiene desplegados oficialmente y por ahora 140.000 soldados (100.000 son norteamericanos), 130 aviones en alerta y 140 barcos entre el Mar Negro y el Báltico. En adelante, se plantea más contribuciones presupuestarias de los países y más fuerzas locales de disuasión.
El objetivo de la cumbre fue poner sobre la mesa el manual del nuevo concepto estratégico para la proxima década, detallando “los objetivos clave para garantizar nuestra defensa colectiva”.
En ese marco, Rusia aparece como la “amenaza más significativa y directa para la seguridad de los aliados y la paz y la estabilidad en la zona euroatlántica”. El documento señala que ese país “busca establecer ámbitos de influencia y control directo a través de coacción, subversión, agresión y anexión”.
El otro demonio es China, cuyas aspiraciones “desafían nuestros intereses, seguridad y valores” y “dañan la seguridad de la Alianza”. La afirmación se basa en que “busca controlar sectores clave tecnológicos e industriales, infraestructura crítica y materiales estratégicos y cadenas de suministro”.
A colación de la renovación del acuerdo estratégico-militar, es que el Departamento de Estado de EEUU dio a conocer que junto con sus socios han creado la “Asociación de Seguridad de Minerales” (MSP), una nueva y ambiciosa iniciativa para reforzar las cadenas de suministro de minerales críticos. Este anuncio se realizó en Toronto, Canadá, durante la convención de minería más grande del mundo. Rusia y China, no fueron invitadas.
El objetivo de la MSP es garantizar que los minerales críticos se produzcan, procesen y reciclen de modo de controlar el beneficio total del desarrollo económico de sus dotaciones geológicas. Se trata de una alianza sobre tecnologías de baterías y materias primas críticas.
El problema que enfrenta occidente es que China domina la cadena de las tierras raras, ya que hace punta en la etapa de procesamiento de la producción. La única mina de tierras raras de EEUU, por ejemplo, envía su extracción bruta para que los chinos la refinen. Estas tierras raras se utilizan para fabricar imanes que transfieren la electricidad al movimiento de los vehículos eléctricos. El otro verdugo, Rusia, es además es un importante productor de metales como níquel, aluminio y platino.
Los socios de MSP, incluidos Australia, Canadá, Finlandia, Francia, Alemania, Japón, la República de Corea, Suecia, el Reino Unido, los Estados Unidos y la Comisión Europea, están comprometidos a construir cadenas de suministro de minerales críticos sólidas y responsables para apoyar la economía.
La OTAN agregó entonces en su documento que la cooperación entre Pekín y Moscú “va en contra de nuestros valores e intereses”. Y aseguró entonces que defenderá «el orden internacional basado en reglas, incluida la libertad de navegación”. Para todo ello, sus “fuerzas nucleares, particularmente las de EEUU, son la garantía suprema de la seguridad de la Alianza”.