U
n grupo de unos 50 países, encabezados por EEUU, se reunió ayer jueves en la sede de la OTAN en Bruselas y se comprometió a enviar sistemas de defensa antiaéreo a Ucrania.
“Los sistemas serán enviados tan rápido como físicamente podamos hacerlos llegar”, declaró el secretario estadounidense de Defensa, Lloyd Austin.
“La OTAN no es una parte en el conflicto, pero seguiremos apoyando a Ucrania durante el tiempo que sea necesario”, ratificó el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. El vicesecretario del Consejo de Seguridad de la Federación Rusa, Alexander Venediktov, respondió que al ayudar a Ucrania, “son parte directa del conflicto”. Igual que el canciller Lavrov, hace referencia a EEUU, la Unión Europea y la OTAN. Sin formalismos, el ex ministro ucraniano de Asuntos Exteriores, Pavlo Klimkin habla de su país como “el verdadero flanco oriental de la OTAN”.
La decisión de enviar más equipos antiaereos llega tras una fuerte reacción rusa con misiles, cohetes y drones sobre Ucrania -incluso sobre la capital, Kiev, lo que no ocurría desde junio-, como represalia por el ataque con explosivos contra el puente que conecta la península de Crimea, anexionada por Moscú en 2014.
Venediktov destacó también que el ingreso de Ucrania a la OTAN, tal como fue sugerido a fines de septiembre por su presidente, Volodímir Zelenski, “significaría una escalada garantizada hacia una tercera guerra mundial“.