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omo una profecía autocumplida, el FMI proyecta riesgo por la alta inflación y crecimientos que no serán tan cómo se estimó. Su salida sigue siendo la misma: ajuste fiscal para que lo que se recauda garantice para pagar servicios de deuda. Y si el gasto es chico, se puede aumentar siempre y cuando, haya nuevos endeudamiento en los mercados de capitales.
Aunque no lo digan así en un sentido textual, lo dejan en evidencia con sus diagnósticos y salidas. Queda claro, que la emisión es solo un problema cuando ese dinero se usa para “gasto social”. Pero si es para cancelar deuda, no hay ningún problema. Con las reservas en dólares lo mismo. Mientras garanticen las devoluciones, son buenas las políticas.
Mientras tanto, médicos formados en nuestras universidades públicas, renuncian porque no pueden seguir trabajando de esa forma en el sistema público provincial.
Basta ver cómo los servicios de deuda son un importante alquiler que se lleva el capital financiero de cada uno de los presupuestos: nacional, provincial y municipal.
Es el endeudamiento el mecanismo con el que el capital se salva, año a año, de su propia inconsistencia. Es el endeudamiento, la principal causa con la que no tenemos suficiente presupuesto para salud, educación, vivienda, etc.
¿Qué ofrecerán las dirigencias partidarias más que formas administrativas y prolijas para salir y nunca salir de esta encrucijada? Más que siempre igual, estamos peor, reflexiona cada trabajador cuando no llega a fin de mes.