Unos quinientos pescadores de las provincias de Chaco y Corrientes se movilizaron la semana pasada en más de cien embarcaciones, cortando el tránsito fluvial del Río Paraná a la altura del puente Corrientes – Chaco, impidiendo el paso de buques y barcazas, para exigir el derecho a trabajar y pescar en su hábitat. Los trabajadores denunciaron el abuso de las fuerzas policiales y la falta de regulaciones sobre la actividad pesquera. La manifestación estuvo integrada por la cooperativa de malloneros -nombre con el que se denominan los pescadores con mallas artesanales- Bañado Sur de Corrientes, así como por otras cinco agrupaciones de ambas márgenes del río.
El martes 15 de noviembre “efectivos de grupo BOA Chaco (Brigada Operativa Ambiental) desalojaron a punta de pistola a pesqueros que se encontraban trabajando porque dijeron que no se podía pescar del lado del Chaco, cuando no hay ninguna constancia cabal de que los correntinos no puedan pescar del lado del Chaco”, relató Estefanía Sena de una de las cooperativas.
Agregó que “están trabajando dignamente para traer los sustentos a su hogar y les persiguen de todas formas en una forma de abuso de autoridad porque secuestraron las mallas que están registradas y que no tenían licencia de pesca cuando las tienen”.
Además incautan las herramientas de trabajo “y ponen multas de 200 o 250.000 pesos, cuando es imposible pagar eso para tener nuevamente las herramientas de trabajo”.
Por ello el miércoles en el marco de una instancia de diálogo con la Dirección de Fauna, la Brigada Operativa Ambiental (BOA) de la provincia de Chaco, y la Prefectura, se firmó un convenio entre las direcciones de ambas provincias que habilita la pesca de lunes a viernes de costa a costa. Las organizaciones como la UTEP y el Movimiento Popular Nuestra América aseguran que “seguiremos de cerca su cumplimiento y nos mantenemos en estado de alerta y movilización”.