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ías antes de que Alberto Fernández fuera recibido por Joe Biden en la Casa Blanca, el embajador norteamericano, Marc Stanley, puso sobre la mesa del ministro de Defensa argentino, Jorge Taiana, dos ofertas de equipamiento militar: los caza F16 y vehículos anfibios Striker, de la firma General Dynamics.
Pasa que Argentina tiene avanzadas las negociaciones por ambos equipos: el avión JF-17 chino y el “Guaraní 6×6” fabricado por IVECO Defence en las plantas automotrices de Minas Gerais (Brasil) y de Córdoba capital.
Para EEUU, China es un adversario también en ese campo y no solo en Argentina: las Fuerzas Armadas de Perú, Venezuela, Bolivia y Brasil son clientes también.
Argentina está apostando fuerte al desarrollo de la industria militar mediante el Fondo Nacional para la Defensa (FONDEF), que prevé financiar inversiones productivas y compras de equipos, pero asegurando que haya transferencia tecnológica. Hace un mes, los industriales norteamericanos de General Dynamics visitaron a Taiana también y propusieron abrir una planta en el país. Pero fue solo un título sin proyecto y la idea fue descartada por inconsistente.
Además, FIAT Iveco ya está instalada y funcionando en ambas cabeceras del Mercosur. De hecho, cuando Lula da Silva vino a Buenos Aires en enero pasado, en el marco del VII encuentro de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y también del encuentro empresarial organizado por la Unión Industrial Argentina (UIA) y la Confederación Nacional de la Industria (CNI) de Brasil, el canciller brasilero Mauro Vieira y el ministro de Defensa argentino iniciaron los papeles para que el Ejército compre 156 unidades del “Guaraní 6×6”. Y en febrero consiguieron financiamiento del Banco Nacional de Desarrollo de Brasil (BNDES), que también aportará para que los caños del gasoducto que sale de Vaca Muerta atraviesen las provincias del litoral y lleguen a la frontera brasilera.
Ahora en abril, funcionarios y empresarios chinos vendrán en delegación en la segunda semana de abril y los JF-17 están en agenda.
EEUU teme que si Argentina los compra, abrirá la plaza para todo el mercado del cono sur.