Enarsa, empresa pública de energía argentina creada en 2004, se hará cargo de los servicios, el funcionamiento y la plena operatividad de cinco centrales hidroeléctricas ubicadas en la cuenca del Comahue.
Así lo estableció la secretaria de Energía, Flavia Royón, el pasado 5 de junio en una carta dirigida al presidente de Enarsa, Agustín Gerez.
Es que el próximo 11 de agosto se vencen los contratos de las concesiones de las centrales hidroeléctricas construidas sobre el río Limay (que limita las provincias de Neuquén y Río Negro). Este río nace del lago Nahuel Huapi en Bariloche y en su recorrido tiene una caída de 500 metros que fue aprovechado para la construcción de las represas. Se trata de Alicurá (cuya concesionaria es AES), el Chocón y Arroyito (en manos de ENEL). También en agosto se vence la concesión de Planicie Banderita (cuya concesionaria es Orazul) y está ubicada sobre el río Neuquén. La represa Piedra del Águila, en manos de Central Puerto y ubicada sobre el río Limay, vence su contrato el próximo 29 de diciembre de este año.
Estas concesiones tienen 30 años y fueron concretadas en 1993, en pleno proceso privatizador del patrimonio público. En el marco de la segunda reforma del Estado, se creó en 1991 el nuevo Régimen de Energía Eléctrica (Ley 24.065) que fragmentó el sistema eléctrico en tres segmentos: generación, transporte y distribución. Una vez particionado, comenzó el proceso privatizador.
¿Transitoriamente?
La Secretaría de Energía instruyó a Enarsa que “adopte las medidas necesarias para encontrarse en condiciones de asumir transitoriamente la actividad de generación de energía eléctrica”.
Estas represas juntas generan el 94% de la energía de Neuquén y aportan el 25% de la producción al país.
Pero lo que no se sabe aún es qué hará el Estado nacional con las represas. ¿Se quedarán en manos de ENARSA?, ¿tendrán lugar las provincias?, ¿se renovará a las mismas empresas?, ¿se harán contratos por 30 años más?
Omar Gutiérrez, gobernador de Neuquén, rechazó la decisión del Gobierno nacional de dejar exclusivamente en manos de la Nación el control de las represas hidroeléctricas y anticipó que recurrirá judicialmente la medida, a la que calificó de «inconstitucional”. “Es una barbaridad lo del traspaso de las concesiones hidroeléctricas a Enarsa”, dijo el gobernador al considerar que se trata de una medida “centralista, porque las provincias son dueñas de los recursos naturales” y como tal pretenden “cobrar por el uso del agua”.
“La delegación del control de las mismas en Enarsa afecta seriamente el federalismo y pone a las provincias de Río Negro y Neuquén ante una probablemente disputa judicial”, indicó el pasado 7 de junio el legislador neuquino de Juntos por el Cambio, César Gass, en un proyecto de declaración.
Arabela Carreras, gobernadora de Río Negro, se reunió el pasado 16 de junio con el ministro de Economía, Sergio Massa y la secretaria de Energía, Flavia Royón (por separado).
“Sería inaceptable que Río Negro se quede afuera de la discusión y del manejo de las represas”, señaló la mandataria.
Royón dijo que entiende el ruido generado por las provincias pero aclaró que “la infraestructura es nacional”. “Una cosa es el recurso y otra la central en sí misma. Las centrales fueron construidas con recursos de todos los argentinos y argentinas. La ley marca que, cuando termina la concesión, revierte al Estado nacional”, concluyó.
Nota-Hidroelectricas-Comahue