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ras el cimbronazo por las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), el gobierno tomó decisiones. Para las agro-exportadoras un quinto beneficio -como antes fue el dólar soja-, anuncios para las pymes y un bono de 60 mil pesos en dos cuotas para los asalariados. Bono resistido por 14 provincias y el grueso de los empresarios.
Pero las medidas son a reacción. No por una cuestión temporal o cronológica, sino porque el escenario -previo a las elecciones- ya estaba constituido. Y era la corrida cambiaria vía dólar ilegal que aumentó durante todo el mes de agosto y que dio el golpe final después del domingo 13.
Pedida por el FMI y un grueso de sectores agro-exportadores, la devaluación de la moneda fue la primera medida ya tomada en este escenario. A reacción, semanas después, el gobierno tomó algunas decisiones para mejorar los magros ingresos de los asalariados.
Lo que queda claro es que las políticas de gobierno están condicionadas por sectores concretos como el FMI y fracciones empresarias. Falta entonces definir medidas de fuerza que nos pongan en igualdad de condiciones que el capital, para imponer, aunque sea, salarios que no se sigan evaporando.