El Consejo de Estado de China delineó 21 políticas para el desarrollo integrado del estrecho de Taiwán y avanzar hacia la reunificación pacífica. Una posición contraria a las del Partido (PDP) que gobierna en la isla.
Todo el contenido de la circular dada a conocer el martes de la semana pasada apunta a que la provincia de Fujian proporcione un mejor entorno empresarial para las empresas taiwanesas y promueva el bienestar de los isleños garantizándoles igualdad de trato con sus homólogos del continente.
En principio se convertirá en un centro de distribución de transporte multidimensional con corredores que unan la isla -ubicada a 130 km de la costa- y la conecten con otras regiones del continente.
El subdirector de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, Cong Liang, dijo días después que ya están preparadas las capacidades técnicas para la construcción del paso de alta velocidad y apeló a que el gobierno de Taiwán sume sus esfuerzos conjuntos para hacer realidad el sueño de las personas de ambos lados del estrecho. En la isla, habrá elecciones en 2024.
En simultáneo, el Ministerio de Defensa de Taiwán informaba que en las últimas 24 horas había registrado 68 aviones de combate y 10 buques chinos merodeando la isla. Desde 2016, el gobierno está en manos del PDP, que propicia el acercamiento con EEUU y la independencia de China. En agosto del año pasado, la mandataria taiwanesa, Tsai Ing-wen, recibió a la titular del Senado norteamericano, Nancy Pelosi.
Aunque ni su país -ni tampoco la Organización de Naciones Unidas (ONU)- reconoce oficialmente a Taiwan como nación, Pelosi dijo que su visita “honra el compromiso inquebrantable de EEUU con la vibrante democracia taiwanesa” y “no contradice las políticas mantenidas desde hace un largo tiempo”.
“La solidaridad con 23 millones de personas en Taiwán -dijo también- es más importante hoy que nunca, a medida que el mundo se enfrenta al debate entre autocracia y democracia”.
Chips
Pelosi se reunió también con directivos de Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), que concentra la mitad del mercado mundial de fabricación de semiconductores, se especializa en los chips más avanzados y es proveedora de Apple, Google, Qualcomm y Nvidia.
La senadora presentó la “Ley de Chips”, recientemente aprobada, con la que EEUU brega por asegurarse el suministro de estos componentes claves en la era digital y para la inteligencia artificial. El gobierno central otorga fondos públicos a empresas que abran fábricas en suelo norteamericano, pero se los niega si a la vez producen en China.
TSMC, originalmente taiwanesa pero de propiedad mayoritaria de accionistas extranjeros, tiene plantas en la isla y también en la China continental. En igual condición está Foxconn, una de las empresas más grandes del mundo, que fabrica aparatos electrónicos para otras marcas, como los iPhones de Apple.
Las ventas globales de semiconductores han impulsado las exportaciones taiwanesas que, según datos de su Ministerio de Economía, en 2022 dieron un salto del 18,4% y completaron un tercer año de crecimiento con más de dos dígitos.
Taiwán basa su economía principalmente en la actividad financiera, que recibe y cotiza en bolsa capitales de todo el globo y en la industria de productos eléctricos, electrónicos, comunicaciones y tecnología de la información que salen en buques navieros y a gran escala para todo el mundo.
Desde 1990 que ningún funcionario norteamericano del rango de Pelosi pisaba la isla. Y fue justamente a advertir que la Ley de Chips, es “una gran oportunidad para la cooperación económica entre EEUU y Taiwán”.
Los registros de aduana muestran cómo desde mediados de 2022 crecieron las ventas de chips a EEUU en detrimento de éstas con China. Aún así, en mayo de 2023, las industrias montadas en China hacen entrar por sus puertos el 54% de los chips que salen de Taiwán.
Orden mundial
En junio de 2022, también, el gobierno de Taiwán declaró oficialmente que el estrecho que la separa del continente “es una vía fluvial internacional”. EEUU acompañó: “es un área donde las libertades en alta mar, incluida la libertad de navegación y sobrevuelo, están garantizadas bajo las normas internacionales”, afirmó entonces el portavoz del Departamento de Estado.
Para el gobierno chino, Taiwán está “cooperando con fuerzas externas para exagerar el tema” y “daña los intereses de los compatriotas de ambos lados del estrecho”.
Ese mismo mes, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) realizó su cumbre anual 2022 en Madrid y actualizó su Concepto Estratégico, que son los lineamientos rectores para la década. China “utiliza su ventaja económica para crear dependencias estratégicas, aumentar su presencia global y proyectar poder”, dice el documento y concluye que sus “ambiciones ponen en peligro nuestros intereses”.
La cumbre 2023 de la OTAN, realizada en julio en Lituania, aparentaba centrarse en Ucrania. Pero apuntó para otro lado. El presidente norteamericano, Joe Biden, dijo abiertamente que «la respuesta de los aliados a la invasión (rusa), es un modelo para responder a otros retos globales, desde el cambio climático hasta el ascenso de China”. Luego, el secretario general de la Organización, el noruego Jens Stoltenberg, informó que habían acordado oponerle resistencia en conjunto. Además de los 31 jefes de estado de la alianza atlántica, estaban presentes los mandatarios del otro lado del mundo: Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda.
Desarrollo económico
Las nuevas políticas que dió a conocer de la República Popular China “incluyen ampliar el reconocimiento de las calificaciones profesionales de los compatriotas de Taiwán y facilitar el uso de la tierra y el financiamiento para los agricultores y pescadores de Taiwán”, dijo Pan Xianzhang, subdirector de la Oficina de Asuntos de Taiwán del Consejo de Estado, en la conferencia de prensa.
Con respecto a las políticas internas, uno de los puntos del documento señala que la provincia de Fuijan “debe apoyar el desarrollo de bases industriales y grupos manufactureros de clase mundial que reúnan recursos tanto de locales como de Taiwán y construyan un mercado financiero de múltiples niveles a través del Estrecho”.
Otro ítem habla de fortalecer también el apoyo institucional para el empleo, los servicios de salud, la vivienda, los servicios de cuidado de ancianos y la asistencia social de los compatriotas de Taiwan, que ya no necesitaran registrarse para obtener residencia temporal. Exhorta también a las empresas a contratar más empleados residentes en la «isla Hermosa».
Conflictos siempre globales
Hasta que en 1945 Portugal la devuelve a la entonces República de China, se llamaba así: Isla Formosa. La República resulta de la Revolución de Xinhai que en 1911 destierra la última dinastía tras 2000 años imperiales. Allí nace el Kuo-min-tang (KMT, El Partido Nacionalista Chino) que gobierna hasta que en 1949 se impone la revolución encabezada por el Partido Comunista de China, finaliza la guerra civil y nace la República Popular de China.
El KMT se aísla en Taiwán e impone un régimen de partido único. Aunque es contrario al socialismo, también sostiene la política de «una sola China».
En 1986 se organiza su oposición liberal en el PDP, que propicia independizarse de China. En el año 2000 llega por primera vez a la presidencia. Luego vuelve a ganar las elecciones de 2004, 2016, 2020 y gobierna hasta la actualidad. Coincide con el acercamiento diplomático a EEUU y el aumento de las tensiones en la región.
A fines de agosto pasado, el empresario Terry Gou, que en 1974 fundó Foxconn, anunció que competirá en los comicios de 2024. Como el KTM eligió ya otro candidato, el empresario se lanzó a armar una nueva fuerza. “El PDP -dijo- ha traído el peligro de una guerra a Taiwán” y agregó que no dejará que la isla “se convierta en la próxima Ucrania”.
La tensión en el estrecho, tampoco beneficia a Europa. Al menos esa es la posición del frances Emmanuel Macron que viajó a Pekin en abril de este año con una comitiva de empresarios. Al presidente Xi Jimping le aseguró estar “a favor del statu quo, de la política de una sola China». A la prensa, le explicó que los europeos “no debemos adaptarnos al ritmo estadounidense o a una sobrerreacción china”. Ante la crisis, Europa podría convertirse en un “tercer polo”. Luego en la OTAN, mantuvo la posición de no expandir las áreas de conflicto al Indo-Pacífico.
La cuestión parte aguas al interior de Europa. Quizás siga siendo ese el objetivo americano. También, que los estados europeos pujan entre sí por encabezar la reconstrucción de Europa, pero cada cual a su medida.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von del Leyen, que también viajó a Pekin con Macron, definió a China un “socio” en intereses globales, un “competidor económico” y por último un “rival sistémico en busca del liderazgo tecnológico”. Aun así, habla de “eliminar riesgos” pero sin “desvincularse”.
El Consejo Europeo de Relaciones Exteriores realizó en junio pasado una encuesta en 11 países de la UE. El 60% de los ciudadanos prefiere mantenerse neutral en torno a Taiwán. El 75% dice que Europa no puede “depender siempre de EE.UU”. La mayoría no ve a China como un rival, si no como un “socio necesario”. Pero se opone a que se adueñe de puentes, puertos, periódicos o empresas tecnológicas.
En octubre de 2022, el canciller alemán Olaf Scholz aprobó que la estatal china Cosco Shipping Portsla comprara el 25% de una de las tres terminales del puerto de Hamburgo, el más grande del país, número 3 en Europa y 20 en el mundo.
Es un hecho que 22 de los 30 principales puertos del mundo están en el sur de todo el continente asiático. Pero en la última década, China fue desplegando la nueva Ruta de la Seda y enhebrando un Collar de Perlas alrededor del globo: tiene actualmente un total 95 puertos, 8 en Europa, 40 en Latinoamérica y la mitad de los 20 con mayor movimiento de contenedores, están en sus costas.
Así es como la facturación del comercio exterior chino llega a sumar 3,4 billones de dólares entre importaciones y exportaciones, entre enero y junio de 2023. Un valor, sin embargo, 6,1% menor al del año anterior, según datos de su Administración General de Aduanas.
El 90% del comercio global se mueve en contenedores. En 2022, más del 50% de la carga mundial la movieron las navieras europeas, las más grandes del mundo: la suiza MSC, la danesa Maersk y la francesa CGM. Pero cerca del 30% de los contenedores tocó alguna de las terminales que tiene China en el mundo.
En la última cumbre del G-20 celebrada en septiembre en Nueva Delhi, EEUU y la UE anunciaron el desarrollo de un nuevo corredor global de transporte marítimo y terrestre que conectará India, Oriente Medio y Europa.