P
or qué no lo hicieron antes? Es la pregunta que realizan -en sintonía- opositores y periodistas de los programas televisivos. Es en relación a las medidas que tomó el gobierno para aliviar la sequía de las billeteras.
La pregunta supone que la política de gobierno tiene tiempos de quiénes la administran técnicamente. Que la resuelvan, en todo caso, los tecnócratas.
Para quienes andan a pie y viven de salario, la pregunta es otra. ¿Por qué, si la mayoría de los trabajadores están por debajo de la línea de pobreza, no nos movilizamos antes?
En este caso, la respuesta no tiene que ver con tecnócratas. Más bien, con nosotros como trabajadores que no coordinamos acciones de reclamo. A tal punto que, con otro clima en las calles, tampoco habría sido tan sencillo para las fracciones dominantes impulsar la devaluación. Para algunos sectores, gane quien gane, la meta estaba clara. Como lo pidió el FMI.
Quizás este sea el punto que nos debemos. Más de audacia, seguro. Pero principalmente más acciones de lucha.
Esta semana sí el movimiento obrero se movilizó y a reacción. El desafío es que las movilizaciones empiecen a actuar desde el inicio y no como reflejo. Así, el escenario se parecerá más a los horizontes que pretendemos trazar. Y los bolsillos, probablemente, acorde a lo que necesitamos.