E
n la sesión de ayer, el Concejo Deliberante trató dos proyectos impulsados por el oficialismo, modificatorios de tres ordenanzas que regulan el servicio de transporte de pasajeros en la ciudad. Y es que hace un mes, la plataforma digital Uber anunció su lanzamiento en Río Cuarto a la par de otras siete ciudades del interior del país, convocando a conductores de autos y motos para inscribirse en la aplicación.
Las propuestas, presentadas por la edil oficialista Milagros Obregón Brizuela (presidenta de la Comisión de Servicios Públicos), fueron aprobadas con los votos del bloque oficialista y los del bloque País. Consta de la modificación de la ordenanza 113/16, que ahora exige la aprobación de la Secretaría de Transporte para utilizar “aplicaciones de contacto” por parte de taxis y remises y la modificación de las ordenanzas 268/85 (Código de Faltas) y 783/2001 (Taxis, remises y transporte escolar) que ahora contemplan multas de hasta 5,7 millones de pesos, inhabilitación permanente para ser licenciatarios de transporte y secuestro de vehículos a quienes infringieran la normativa.
Días antes, Marcelo Bressan, secretario de Servicios Públicos, había advertido que “el municipio no puede no tener una postura clara en este tema, queremos poner las reglas claras de la competencia, es por eso que se controlará la ilegalidad del servicio con diferentes estrategias”.
Surgimiento de Uber
Uber fue creada en 2009, en San Francisco (California, EEUU), pero “salió a la calle” recién al año siguiente. Fundada por Travis Kalanick (EEUU) y Garrett Camp (Canadá), comenzó como una aplicación virtual mediante la cual el usuario solicitaba un transporte de alta gama, con su correspondiente chofer inscripto en la plataforma, para dirigirse de un lugar a otro. Así inició su primera expansión por distintas ciudades estadounidenses, creciendo en descargas y en valorización.
Para el 2013 amplió sus reglas, permitiendo que cualquier persona con un auto “en condiciones” pudiera prestar el servicio de transporte, lo que, sumado a fuertes inversiones parte de Google y Jeff Bezos (Amazon), entre otros, llevó a que en 2014 ya esté presente en 100 ciudades del mundo y valiese por encima de los 3.000 millones de dólares.
En 2019 la empresa debutó en la Bolsa de Nueva York, siendo el estreno bursátil más potente de una tecnológica desde el de Facebook, en 2012. A la fecha, posee un valor de mercado de 90 mil millones de dólares y tiene entre sus principales accionistas a Morgan Stanley, Fidelity, Vanguard, Blackrock, JP Morgan y el fondo soberano de Arabia Saudita.
Actualmente, la empresa declara estar presente en más de 1200 ciudades de 69 países (19 americanos), en las que ha diversificado su catálogo de servicios: diversos tipos de transporte (según tamaño y lujo, incluidos barcos y helicópteros), reparto de comida (Uber Eats y Postmates), cadetería, transporte de carga, alquiler de bicicletas y scooters, etcétera. Hacia el futuro, la mirada de su actual CEO, Dara Khosrowshahi, apunta hacia los vehículos autónomos y la robotización de sus servicios.
Expansión y polémica
La entrada de Uber a los distintos países fue siempre caótica y lo sigue siendo hasta hoy día.
El gigante tecnológico, al igual que la mayoría de las plataformas digitales, no considera a los conductores (o repartidores) como sus empleados, sino como contratistas independientes sin ningún tipo de derecho laboral convencional, lo que le valió la resistencia de organizaciones sindicales de todas partes del mundo.
Fueron los gremios de taxistas los primeros que iniciaron la lucha contra la aplicación: los grandes paros en Londres, Berlín, París y Madrid se replicaron en todos los países que Uber pisase, denunciando competencia desleal, explotación laboral y falta de cumplimiento de los requisitos legales para trasladar gente.
La presión sindical, las protestas de los propios choferes de Uber y la reticencia por parte de la empresa a someterse al control estatal llevó a que la misma sea prohibida en una serie de países o que tenga que cambiar su vínculo con los “contratistas”: Reino Unido la obligó a reconocerlos como sus trabajadores, Italia y España a regularizar a los “riders” y en Nueva York se les aplicó un piso salarial para cada empleado, duplicando lo que empresa abona.
Para sumar, en 2022, el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) filtró los “Uber Files”, que puso en evidencia que la empresa inyectó millones de dólares en su maquinaria de influencia global para ganarse los favores de políticos, reguladores y otros líderes y para desviar la atención de las autoridades fiscales alrededor del mundo y reducir el pago de sus impuestos al mínimo. También mostró que Uber engañó a autoridades y sacó provecho de sus conductores, recurriendo a tácticas violentas y extorsivas.
Los casos argentinos
En 2016, la plataforma de viajes desembarcó en Buenos Aires y al día de hoy declara estar presente en 18 ciudades del país: en ninguna de ellas fue recibida pacíficamente. Los cortes de calles por partes de taxistas y remiseros se producían a la par que se dictaban fallos judiciales que suspendieron el funcionamiento de Uber en las principales ciudades del país.
Sólo en el último trimestre (entre julio y septiembre de este año), el juzgado en lo Contencioso Administrativo, Tributario y de Relaciones de Consumo N°15 de la Ciudad de Buenos Aires, el Tribunal de Impugnación Sala IV Distrito Centro de la Justicia de Salta y el propio gobierno de Tucumán declararon ilegal a la aplicación en esos tres distritos.
“La decisión representa un gran paso en la lucha incesante contra la precarización laboral que imponen ese tipo de plataformas ilegales”, planteó la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT). Por su parte, Jorge García, titular de la Federación Nacional de Peones de Taxis, declaró: “ahora está en manos del Congreso definir el tema. No puede hacerse el distraído. Las comisiones específicas, como la de Transporte, deben cumplir su deber. El Estado no recauda un solo peso, lo que es una vergüenza».
En la Ciudad de Córdoba, Uber funciona hace años de manera ilegal: pese a estar expresamente prohibida por el gobierno municipal, la empresa habilitó el servicio en septiembre de 2019. Los conductores que realizan los traslados corren el riesgo de ser detectados por los controles vehiculares que pueden secuestrar el vehículo e imponer sanciones literalmente millonarias. “La ordenanza que regula los autos con chofer dice de manera expresa que las únicas empresas de transporte habilitadas a tener una aplicación son las centrales de taxis y remis con el permiso expedido por la municipalidad, cualquier otra no está habilitada para operar”, dijo Cristian Sansalone, director de transporte de esa localidad.
Desembarco en el Imperio
A fines de septiembre, Uber lanzó la convocatoria para quienes estén interesados en sumarse a la prestación del servicio con su vehículo particular y Juan Labaqui, gerente de Comunicaciones de Uber para el Cono Sur, anunció que “tomará entre tres y cinco semanas en concretarse los primeros viajes en Río Cuarto”.
Marcelo Bressan, secretario de Servicios Públicos, ya había advertido que “el servicio debe ser regulado por el Municipio y la postura es mantener la normativa vigente, logrando la existencia de una competencia en las mismas condiciones entre taxis, remises y otros servicios”.
Desde la Cámara de Remises manifestaron que “para habilitar un vehículo, tanto en el rubro de taxis o remises, son varias las exigencia y nosotros pedimos que sean las mismas para todos. Además no pueden habilitarse nuevas unidades de taxi o remis, debido a la gran población que ya existe de transportes públicos”.
Al calor de estas declaraciones se sumó el debate de ayer en el recinto del Concejo: “es un servicio de transporte convocar a otro para trasladarse de un lugar a otro en esta ciudad y ese servicio tiene que cumplir con la reglamentación establecida”, manifestó Milagros Obregón.
Desde Juntos por Río Cuarto, bloque que votó por la negativa, Marcos Curletto cuestionó al ejecutivo: “el municipio no tiene posibilidad o no tiene voluntad política ni siquiera de controlar a los taxis y remises que hoy funcionan” y rechazó que haya lugares “donde se procura regularlos, mientras que otros, como en Río Cuarto, se define prohibirlos”.
“¿Están a favor del libre mercado o no?”, manifestó el concejal opositor, Gonzalo Parodi. “Necesitamos un Estado presente que regule y conduzca estos procesos” o si no, “en el mediano plazo Uber va a poder funcionar de igual manera en la ciudad y lo va a poder hacer en la absoluta ilegalidad y teniendo una contraoferta desventajosa para taxistas y remiseros”.
“Acá no hay hombres propios…”
…planteó Obregón a El Megáfono, “hay parametros que indicán qué es un servicio y cómo se tiene que prestar para que todos estén en igualdad de condiciones”. Lo que hicimos hoy fue “actualizar las sanciones para quienes no cumplan con esa normativa”, aclaró y ratificó que “aquellos que no presten el servicio serán pasibles de sanción, en función de la infracción y del criterio del Juez de Faltas”.
Consultada respecto a los antecedentes que tiene Uber en otras jurisdicciones, expresó que “en distintas provincias ya existen leyes provinciales y fallos judiciales. Uber dice que no es una plataforma de transporte y eso es una discusión que se termina dirimiendo en la Justicia”.
“En Río Cuarto tributan quienes comercian, quienes prestan servicios, tienen que pagar sus impuestos y tienen una localización específica. En este caso no se da y eso es una discusión mundial. Existen diferencias, nosotros vamos a seguir defendiendo nuestro sistema de transporte”, concluyó.