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o que se juega en las próximas elecciones es mucho. Pero no todo. Algunas batallas, las fracciones empresarias con alta rentabilidad, las van dando en cuotas. Y así desgranan a modo gradual las iniciativas que pugnan por distribuir la riqueza producida.
Al parecer, el intento dolarizador, quedó lejos. Aún así, las coincidencias del capital hacen que el achicamiento de los costos laborales sea una bandera permanente. Con nombres elegantes y en pos de la actualización a estos tiempos, es hora -dicen- de rever estos asuntos.
Será hora también, de plantear como pueblo trabajador la necesidad de que los salarios básicos y mínimos cubran la canasta básica. Esto es algo que hace algunos años no viene ocurriendo y se expresa en la cifra de un 40 % de compatriotas bajo la línea de pobreza.
Por eso en las urnas habrá que librar una batalla parcial. Y el resultado pone nuevamente a la sociedad en el desafío de hacer concreta la tan mencionada nacionalidad Argentina.
Como no hay patria sin moneda propia, tampoco la habrá con su pueblo trabajador por debajo de la línea de pobreza.