E
l conflicto principal no es quizás el que queremos pero sí el que es. Ahí está el objeto por el que se lucha y las maniobras realizadas para lograrlo. Conglomerados globales versus conglomerados nacionales trasnacionalizados (que necesitan ser globales) es una buena síntesis de este problema principal.
Por lo que pelean es por las reservas del Banco Central (BCRA) y el tipo de cambio. Cuántos dólares hay en reservas, cuánto valen y qué tasa de interés, son las variables que determinan la rentabilidad de unos y otros.
Quizás desde la devaluación de febrero de 2014 (cuando Axel Kiciloff era ministro de Economía), se inicia un mismo ciclo con continuidad. Las alteraciones de gobierno, no expresan si no, ese conflicto principal. Y las pulseadas adentro, por caso Sergio Massa versus y en reemplazo de Martín Guzmán, también.
Casi desechada la dolarización, estas fracciones que pelean por su rentabilidad coinciden en algo. Y es que para ser competitivos se requiere bajar aún más el costo laboral. Milei lo dice sin pelos en la lengua. El gobierno saliente lo fue haciendo por goteo.
Ahora sí, quienes viven de un salario, tendrán que aferrarse frente a ese enemigo común. Por eso la insistencia con la lucha. Si estos cuatro años hubiéramos luchado más, quizás estaríamos más entrenados para lo que se viene.
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