E
l día lunes en una entrevista televisiva, el comandante del Consejo Nacional para la Salvaguarda de la Patria y jefe de Estado, Abdourhamane, informó que comenzaba la construcción del oleoducto Níger-Benin para la exportación de petróleo crudo. El proyecto al que se refirió Abdourhamane había sido firmado en septiembre de 2019 y su finalización –demorada por la pandemia del Covid– se pospuso para el año 2024.
Esta obra permitirá llevar la exportación de crudo a 90.000 barriles diarios, de los cuales el gobierno de Níger recibiría un 25 por ciento. Sin embargo, el control mayoritario del Agadem Complex ubicado en la costa de Níger es de la empresa estatal China National Petroleum con el 65 por ciento de las acciones, 15 por ciento el Gobierno de Níger y 20 por ciento la CCP (Taiwán). Así, lo que está avanzando conjuntamente es la posibilidad de la empresa asiática de tener salida al mar Atlántico.
La Alianza de los Estados del Sahel
Conformada por Burkina Faso, Mali y Níger en septiembre pasado, con fines de mutua protección ante invasiones, intervenciones o ataques terroristas, también incluyó una serie de puntos en materia de soberanía económica: Unidad monetaria; Fondo común para la construcción de ferrocarriles y rutas; Trabajo coordinado para la recepción de capitales extranjeros; Promoción de empresas locales; Potenciamiento de la industrialización de la Unión; Cooperación con otros bloques semejantes; Eliminación de aranceles entre países miembros.
Al 2021 el ranking de países a los que Níger exportaba eran Emiratos Árabes Unidos, China, Francia, Burkina Faso y Mali; y las importaciones eran predominantemente desde China y Francia.
También India figuraba como socio comercial tanto de Níger como de Burkina Faso y Mali. La mercancía de exportación principal de los tres estados africanos fue el oro, muy por encima del resto; en el caso de Níger aún más que el petróleo y el uranio tomados en conjunto: Oro 2.700 millones de dólares, Petróleo refinado 235 millones de dólares, Mira de uranio y torio 36,5 millones de dólares.
Los golpes de estado en los tres países, además de contar con un masivo respaldo popular, han dado curso a un alineamiento de carácter nacional-regional que reivindica control sobre los recursos dispuestos en su geografía.