A
mediados del mes de diciembre el portavoz militar del movimiento hutí Ansarolá, Yahya Saria, declaró la voluntad de impedir el paso de todos los barcos relacionados con Israel “hasta que finalicen las operaciones militares israelíes en la Franja de Gaza” tras conocerse el primer ataque a un buque de la empresa Maersk Gibraltar.
Desde el 17 de noviembre, el movimiento hutí que controla la zona costera y parte del noreste del territorio yemení, ha iniciado una serie de ataques contra embarcaciones de bandera israelí o con destino al puerto de Eilat que naveguen por el mar Rojo y el Arábigo. Por este corredor conformado por el golfo de Adén, el estrecho Bab el-Mandeb y el Mar Rojo propiamente hablando, circula entre el 12% y el 15% del comercio mundial.
Como lo indica Yahya Saria, estos ataques son en represalia a la negativa de Israel de dar un alto al fuego contra los civiles palestinos en la Franja de Gaza, y también a la postura que EEUU y sus aliados mantienen frente a las resoluciones propuestas en el Consejo de Seguridad de la ONU, que solicitan el alto al fuego y la habilitación de corredores humanitarios.
Según el Mando Central de los Estados Unidos (en inglés: USCENTCOM) los ataques registrados contra buques con destino a Tel Aviv comenzaron la madrugada del 17 de noviembre: buque de transporte de automóviles Galaxy Leader; intento de secuestro del buque petrolero Central Park de bandera liberiana gestionado por la empresa Zodiac Maritime Ltd; dos misiles lanzados contra destructor estadounidense USS Mason; intento de ataque con drones a Fragata francesa Languedoc; ataque con misil contra buque petrolero Strinda, de bandera noruega; ataque contra el buque portacontenedor Maersk Gibraltar; etc.
La respuesta de las empresas
La periodista Cristina Galindo, de El País, informa que las empresas Maersk (Dinamarca) y Hapag-Lloyd (Alemania) han suspendido las rutas que involucran el paso por el Canal de Suez; CMA-CGM (Francia) subió al 100% la tarifa de las rutas entre Asia-Mediterráneo; la petrolera BP (ex British Petroleum) también suspendió los destinos hacia el Canal de Suez. El dato relevante es que, impulsado por la banca Goldman Sachs, las acciones de Maersk subieron un 30%, y los títulos de Hapag-Lloyd un 50% durante diciembre.
En el caso de las petroleras, tras el anuncio de suspensión el 18 de diciembre, BP subió ese mismo día un 0,89% en la Bolsa de Londres, Shell un 0,98%; TotalEnergies un 1,20%; Exxon Mobil 0,74%; ConocoPhilips 0.31%; y Chevron 0,22% en la Bolsa de Nueva York. La empresa india Aramco, aumentó un 0,61% en la Bolsa de Riad, y PetroChina 0,45%. Como explican en el medio El Economista: “a mayor precio del barril del petróleo, mayores ingresos y ganancias para las productoras y viceversa”.
La respuesta de Estados Unidos
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, anunció el mismo lunes 18 de diciembre en el cuartel del Comando Central de la Armada (Bahréinm – Golfo Pérsico) la creación de la Operación Guardián de la Prosperidad. Se trata de una coalición integrada por EEUU, Reino Unido, Canadá, Francia, Italia, Países Bajos, Noruega, España, Bahréin, Islas Seychelles, Grecia y Australia.
Desde entonces, comenzaron los ataques contra objetivos hutíes ubicados sobre la costa del Mar Rojo. Tanto el presidente Joe Biden como su par inglés, Rishi Sunak, justificaron estos ataques. En el caso del primer ministro inglés, declaró a la prensa inglesa: “Nos enfrentábamos a una escalada de ataques de los hutíes contra barcos comerciales, también con un ataque contra un buque de la Marina Real”; por su parte, la oposición del Partido Laborista inglés también dio su apoyo a los ataques contra los hutíes: “Aunque respaldamos la acción adoptada la semana pasada, estos ataques comportan riesgo. Debemos evitar una escalada en Oriente Próximo”, expresó Keir Starmer, líder del partido.
Para el analista Alfredo Jalife-Rahme “en la fase post-Ucrania, se perfila una guerra de corredores de transporte y sus puntos de estrangulamiento (choke points) entre el desfalleciente G7 y los BRICS en ascenso”. En esta línea puede entenderse la negativa a integrar esta colación naval por parte de los gobiernos de Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos.
Por su parte, Irák, Líbano y Afganistán repudiaron los ataques y advirtieron por una escalada contra EEUU y su articulación naval. En el caso de este último país, hicieron un llamado a unir fuerzas contra la coalición naval.