E
n la última semana, la disputa por el control de la Hidrovía Paraná Paraguay volvió a adquirir estado público, tras la firma del “Acta de Inicio del Memorándum de Entendimiento” entre el Cuerpo de Ingenieros de la Marina de EEUU y la Administración General de Puertos (AGP). Este acontecimiento coincidió con un escenario de escalada de la violencia narcocriminal y una creciente militarización en la ciudad de Rosario (que tiene como leitmotiv el combate al “narcoterrorismo”). En ese contexto político, habilitar la injerencia de fuerzas militares extranjeras sobre el territorio que congrega el principal enclave portuario de la Hidrovía Paraná Paraguay, constituye un hecho de relevancia.
El Cuerpo de Ingenieros (United States Army Corps of Engineers) corresponde a una formación del Ejército de EEUU. Entre otras misiones, es responsable del mantenimiento -obras de ingeniería civil, dragado, entre otras- y defensa de la Hidrovía del río Misisipi: principal vía de transporte de productos agrícolas y agroindustriales del territorio norteamericano. Su rol es clave para garantizar una política proteccionista (al interior de EEUU) sobre áreas estratégicas, en términos comerciales y geopolíticos, como las vías navegables.
Según las autoridades nacionales, el nuevo convenio firmado en Argentina tiende a propiciar el “intercambio de información” y realizar “mejoras en la navegabilidad”, aportando mayor eficiencia y “nuevas capacitaciones” en aspectos de gestión de puertos y vías navegables, sustentabilidad ambiental, desarrollo de infraestructura, entre otras. Dicho objetivo sirve de argumento para habilitar a los militares norteamericanos a desarrollar acciones en el principal corredor fluvial y portuario de la Cuenca del Plata (y el más importante de nuestro país) en detrimento del desarrollo de una política soberana.
La Hidrovía Paraguay Paraná constituye una infraestructura estratégica en términos económicos y geopolíticos. Por allí transitan más del 80% de las exportaciones de los principales commodities del complejo agroindustrial y energético. Se trata de un corredor fluvial que comunica de norte a sur la región de la Cuenca del Plata: una de las regiones más importantes del mundo en cuánto a su reserva de agua dulce y biodiversidad. Además, transversalmente, la HPP se articula con dos de los principales ejes previstos en la cartera de proyectos de la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana (IIRSA-COSIPLAN): el eje Capricornio, que atraviesa el triángulo del litio y el Eje Mercosur-Chile , que contiene al corredor bioceánico central.
En enero de 2023 Laura Richardson, jefa del Comando Sur de EEUU, en un evento del Atlantic Council -un think tank con estrechos lazos con la OTAN- enumeró las razones por las cuales Estados Unidos posaba sus ojos en América Latina. Allí destacó la importancia del triángulo del litio (60% del litio del mundo), las reservas de petróleo y cobre, y otras tierras raras; “el pulmón del Amazonas” y la reserva del 31% de agua dulce del mundo. Afirmando el carácter estratégico declaró: “esta región tiene mucho que ver con la seguridad nacional y tenemos que intensificar nuestro juego”.
El corredor metropolitano del Gran Rosario, congrega el principal enclave portuario de la HPP. Además representan el principal polo de producción de oleaginosas y el segundo complejo agroexportador a nivel mundial. Si bien, el complejo agroexportador ya se encuentra bajo el control de las empresas transnacionales (más del 60% de los exportado se concentra en 5 empresas: ADM, Bunge, Cargill, Dreyfus y COFCO), la instalación del Comando Sur en la región, abre la puerta a un control directo sobre el complejo portuario y el territorio costero-fluvial.
Desde el fin de la concesión a Hidrovia S.A (firma conformada por las empresas EMEPA y Jan de Nul), se abrió un nuevo escenario de disputa por el control de la Vía Troncal Navegable, que no arribó en una política de largo plazo hasta nuestros días. La actual definición del gobierno nacional, intercede en esa disputa, marcando un claro posicionamiento con los lineamientos de la OTAN y la política norteamericana. Sin embargo, esto no constituye un hecho aislado sino la legitimación de un proceso de largo aliento.
¿Cómo fue el Comando Sur intensificando su juego en la HPP?
En junio de 2022 terminó de construirse una base militar de EEUU en la provincia de Neuquén, que había iniciado en 2008 con el desarrollo de un “Programa de Ayuda Humanitaria Para la Lucha contra los Incendios y Desastres Naturales”, por parte de la embajada norteamericana.
En noviembre de ese mismo año se anunció la construcción de un megapuerto en Punta Alvear, sobre un predio de 200 hectáreas perteneciente a la Fuerza Aérea Argentina. El proyecto consistía en la construcción de una gran polo logístico aéreo-ferro-portuario, destinados a actividades comerciales (agroindustria) y de defensa, coordinado por las Fuerzas Armadas Argentinas, a través de Ministerio de Defensa, el Ministerio de Transporte de la Nación, YPF Agro y la multinacional de origen norteamericano Cargill, que ya detenta la propiedad de los dos puertos de la zona, en Villa gobernador Gálvez y Alvear. Entre los objetivos se destacaba la formación de una base conjunta de la Fuerza Aérea y la Armada que sirva de apoyo principalmente a las campañas sanitarias y la lucha contra los incendios que se realizan sobre el río Paraná. Al día de hoy, el proyecto no fue ejecutado.
En abril de 2023 Richardson visitó la Argentina, en el marco de una gira regional. Mantuvo reuniones con el Ministro de Defensa, Jorge Taiana. La conversación se basó en los acuerdos bilaterales vigentes, la jerarquización de las FFAA, el equipamiento militar y la prioridad estratégica que la Argentina le asigna al Atlántico Sur. Pocos días después, el 24 de abril de 2023, Marc Stanley, embajador de EEUU, junto al embajador de Bélgica Karl Dhaene se hicieron presentes en la Hidrovía Paraná Paraguay. Se pasearon en una de las dragas de la empresa Jan de Nul en la provincia de Corrientes.
La visita de los embajadores se dió en un contexto de “transición”, luego el vencimiento del pliego de licitación de la Vía Navegable Troncal (en abril de 2021) y fuerte disputa geopolítica por el control de la Hidrovía, ante la indefinición del gobierno nacional para el llamado a una licitación internacional de largo plazo. Los intereses del Comando Sur y sus aliados en la OTAN buscaban contrarrestar la iniciativa de la empresa china Shanghai Dredging (dragadora del puerto de Shangai, principal puerto de contenedores del mundo) que pujaba por meterse en la licitación.
En marzo de 2023 los gobiernos de la República del Paraguay y de los Estados Unidos de América suscribieron un “Memorándum de entendimiento para la elaboración de un Plan Maestro para la Navegabilidad del río Paraguay”. Dicho Acuerdo tenía por objeto la elaboración de un plan de mejoras para la navegabilidad del río Paraguay -uno de los componentes principales de la Hidrovía- desde la confluencia con el río Apa hasta la confluencia con el río Pilcomayo. Los estudios a realizarse serían diseñados y ejecutados por instancias nacionales competentes con el apoyo técnico del Cuerpo de Ingenieros de los Estados Unidos de América.
Tras la asunción de Javier Milei, se sucedieron dos hechos de relevancia:
En febrero de 2024 el gobierno argentino, a través de su delegación en el Comité Arbitral Río de la Plata, aprobó los planes de ampliación del puerto de Montevideo, presentados hacía más de una década por Uruguay. El proyecto implica la profundización del calado hasta 14 metros de profundidad, para permitir el acceso de buques de carga más grandes. En términos económicos, esto potenciaría el desarrollo de Montevideo, en detrimento especialmente de los puertos bonaerenses de La Plata y Bahía Blanca. Pero a su vez, significa un gesto de entrega deliberada de la soberanía nacional, ya que clausura definitivamente el proyecto de apertura del Canal Magdalena, por el cual podía garantizarse la salida soberana de Argentina al Atlántico sur (sin su paso obligado por Montevideo).
Como síntesis de este proceso, se anunció para el mes de mayo la visita a la Argentina del portaaviones norteamericano “G. Washington”. El cual, arribaría al país en el mes de mayo, en el marco de una gira regional. Se trata del sexto portaaviones de propulsión nuclear de clase Nimitz: los buques de guerra más grandes del mundo. Su visita es un fuerte gesto diplomático de Estados Unidos al gobierno de Javier Milei tras 13 años de ausencia de este tipo de relaciones. Además, la llegada del portaaviones coincidiría con la visita al país de Larry Fink, CEO de Black Rock, el fondo de inversión más importante del mundo y uno de los principales financistas de las políticas de la OTAN en la región.
Los hechos relevados dan cuenta de una nueva escala del imperialismo en la Cuenca del Plata, en un contexto global de recrudecimiento de la guerra intercapitalista. En este escenario, dónde la OTAN juega un rol central en el desarrollo de conflictos bélicos como el de Ucrania y Palestina, entre otros, se advierte un reposicionamiento de la estrategia del Comando Sur en el país, a partir de un claro alineamiento del gobierno nacional con dicho proyecto estratégico para la región.
De esta manera, sumado al control “indirecto” que ya ejercen las empresas transnacionales del complejo agroexportador, se habilita la participación directa de fuerzas armadas extranjeras, contribuyendo a la militarización de un área estratégica, tanto por su biodiversidad, como por su centralidad para la logística de transporte de los flujos destinados al mercado internacional.
La firma del Memorándum de entendimiento que habilita la injerencia del Cuerpo de Ingenieros de la Marina de EEUU en la Hidrovía Paraná Paraguay nos alerta sobre la dimensión estratégica de este territorio para el proceso de acumulación de las grandes cadenas globales de valor. Asimismo, la escala del conflicto, desafía al conjunto de las organizaciones políticas y sociales a posicionarse y seguir trabajando en la construcción de una fuerza de oposición política a la altura de la circunstancias.