La ruta comercial de mayor crecimiento a nivel mundial es la que va en barcos desde China a México. La consultora europea Xeneta (dedicada a los servicios de datos de logística mundial) registró que en enero de este año se transportaron un 60% más de contenedores que durante enero del año pasado: 117.000 y 73.000.
Como desde ahí van en camiones a EEUU -dice el informe firmado por Peter Sand-, la triangulación es “utilizada para eludir los aranceles impuestos por EEUU a las importaciones desde China”.
“No tenemos otra opción”, dijo Donald Trump en 2018 cuando estableció las primeras tarifas para la importación de acero y aluminio. Así empezó la escalada por la cual China denuncío a EEUU en la Organización Mundial de Comercio (OMC) por proteccionista.
Cuando Joe Biden llegó a la presidencia removió algunos e interpuso otros: sobre los semiconductores y procesadores chinos o los equipos que los contengan. En simultáneo, promovió la Ley Nacional de Chips, con incentivos para que estas empresas se instalasen en sus condados. Al pie de la letra, la taiwanesa TSMC comenzó a construir ya su tercera planta.
Así es que, en términos de las cuentas nacionales, México volvió a aparecer el año pasado como el primer proveedor estadounidense con un total de 475.600 millones de dólares. En segundo lugar, China con 427.200 millones.
China y EEUU son los principales países en el origen y el destino del comercio internacional. El volumen exportado directamente de la una al otro, cayó un 20% en 2023 respecto a 2022. En simultáneo, un 35% más de productos chinos ingresaron a puertos mexicanos.
Otro país que incrementó su balance en medio de la guerra comercial es Corea del Sur, que en 2023 vendió a EEUU una cifra récord, al amparo del Tratado de Libre Comercio (TLC), con nulos o bajos aranceles.
En la península coreana residen tanto clientes como proveedores de las compañías globales cuyas plantas funcionan también en China. La gráfica de septiembre 2023 muestra el entramado.
Oriente fue, desde 1980, el beneficiario de la exportación de capitales y la deslocalización de la producción (offshoring). Así nacieron los Tigres Asiáticos, los BRICS y la redistribución del PBI global.
El offshoring es ahora una opción para las compañías chinas: los fabricantes de coches eléctricos BYD, JAC, SEV anunciaron inversiones para montar plantas en México: un país de ingreso per cápita medio, con salarios comparables a los que se pagan en China, socio de EEUU y Canadá en el acuerdo de libre comercio más grande (TMEC).
La balanza comercial con cada uno de ellos por separado ya es favorable para los orientales. En 2023 le vendieron 11,4 dólares por cada uno que le compraron.