Unas 100.000 personas protestaron en la capital de Israel denunciando al gobierno de Benjamin Netanyahu de no querer finalizar la guerra y pidieron adelantar las elecciones. La protesta reunió a diversos movimientos y grupos israelíes, entre ellos a decenas de soldados en la reserva el Ejército que se congregaron en el barrio ultraortodoxo de Mea Shearim, para pedir el reclutamiento de estudiantes de las escuelas talmúdicas (eximidos, mientras estudian, de ingresar al ejército).
Por su parte, Netanyahu declaró a los medios que anticipar las elecciones en este difícil contexto sólo serviría para paralizar las negociaciones y volvió a pedir a la comunidad internacional que deje de presionar a Israel y miren la amenaza que el Hamás y los demás grupos extremistas representan para la comunidad israelí.
Esto último es una cruzada ante las críticas que desde la administración Biden (EEUU) se lanzaron luego de conocerse el fallecimiento de trabajadores de la ONG World Central Kitchen, a causa de un ataque del ejército israelí. El presidente Biden enfatizó que los ataques a los trabajadores humanitarios y la situación humanitaria en general son inaceptables.
El rechazo y las acciones
Representantes de la Yihad, Hamás y el gobierno de Irán mantuvieron una reunión donde destacaron la importancia de continuar estrechando lazos militares y políticos. Ebrahim Raisi, presidente de Irán, sostuvo que “la resistencia y la resiliencia del pueblo de Gaza convirtieron la causa palestina en un asunto humanitario global, más allá de las fronteras del mundo islámico, mientras crece la vergüenza para Estados Unidos y los países occidentales que apoyan a la entidad sionista”.
Una semana atrás de la reunión, los representantes de Francia, Jordania y Egipto habían dado a conocer a distintos medios su rechazo al anuncio desde Israel de un ataque sobre la localidad palestina de Rafah (frontera con Egipto) y exigieron que ambas partes acaten las resoluciones sancionadas desde el Consejo de Seguridad de la ONU desde que inició la guerra.
Quien también avanzó con medidas fue el gobierno de Turquía. Tras las advertencias, esta semana definió restringir el comercio de productos compuestos de acero, hierro y aluminio, hasta que Israel declare el cese de fuego sobre la población civil en Gaza. Hakan Fidan, ministro de Asuntos Exteriores, declaró que “no hay ningún pretexto con el que Israel pueda obstaculizar nuestra ayuda aérea a los gazatíes, que se mueren de hambre. Ante esta situación hemos decidido tomar una nueva serie de medidas contra Israel”.