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a Confederación Sindical Internacional (CSI) como la Federación Sindical Mundial (FSM) destacaron lo que está a la vista: el deterioro de las condiciones vida, el aumento de la desigualdad y la violación de los derechos laborales que acontecen en la actualidad. “Viene sucediendo” dice la una y pide por el cumplimiento de las normas ya vigentes y la introducción de reformas financieras en los organismos internacionales. “Recordemos el papel integral que han desempeñado los sindicatos en el fomento de la democracia”, propone para esta conmemoración.
La otra, sostiene que es la crisis capitalista que se quiere imponer sobre los pueblos llevada, además, al extremo: “el planeta gotea sangre en varios lugares por las intervenciones militares”. Y convoca a luchar “más masivos y militantes por la paz: contra “los planes imperialistas y la explotación capitalista”.
“Este 1° de Mayo pasará a la historia como un aniversario sangriento”, señala la declaración de la Federación Sindical Mundial, en el que “las demandas de los pioneros de Chicago de 1886 siguen siendo relevantes”.
Mientras “la crisis del capitalismo se generaliza y se profundiza, las desigualdades sociales se están ampliando drásticamente y las libertades democráticas y los derechos sindicales están siendo atacados en todo el mundo”, “nuestros colegas de Palestina enterrarán las decenas de cadáveres asesinados cada día en el genocidio que lleva a cabo Israel.”
Duro ataque
“Es obvio que el peso de la crisis capitalista se intenta una vez más sobre los hombros de los trabajadores y de las capas populares débiles en general”, dice el documento de la organización que dirige desde 2022 el chipriota Pambis Kyritsis.
¿Cómo? “La inflación están minando brutalmente el nivel de vida. El derecho de sindicación y de negociación colectiva y el sagrado derecho de huelga están siendo atacados. Los contratos individuales, las tercerizaciones, el aumento autoritario y arbitrario de la edad de jubilación y la privatización de importantes logros sociales, como la seguridad social y la atención de la salud pública”.
En su contra, dice el texto, van “las luchas y movilizaciones militantes en todos los rincones del mundo que exigen la satisfacción de sus necesidades actuales”.
La FSM convoca entonces a luchar por la paz. Por el desmantelamiento todas las coaliciones militares y contra la política de doble rasero donde el derecho internacional termina siendo en la práctica la ley de los poderosos”, son algunas de las consignas detalladas en el documento.
Democracia
La Confederación Sindical Internacional (CSI), donde están enroladas tanto la CGT, la CTA Autónoma y la CTA de los Trabajadores, se enfocó esta año una campaña “Por la Democracia”, abogando por el derecho de los trabajadores a sindicalizarse, hacer huelga y participar en negociaciones colectivas, la libertad de expresión, la libertad de prensa y la igualdad de género.
Todas estas condiciones vienen en franco deterioro en la última década, dice la CSI. Su Índice Global de Derechos muestra que en 2023 el 87% de los países violó el derecho de huelga -destacando Canadá, Togo, Irán, Camboya, Bélgica y España- y el 79% violó el derecho a la negociación colectiva -con Holanda, Macedonia del Norte, Montenegro y Serbia en primera fila-.
La CSI señala la necesidad de que las instituciones internacionales incorporen reformas “para priorizar el bienestar público”. Pasa que los gobiernos están usando el dinero de los contribuyentes -dice- para comprar la ubicación física de gigantes corporativos y atraerlos hacia sus países.
También, plantea que se prioricen “las normas laborales sobre las ganancias privadas”. Una situación que se agrava con las empresas de plataforma y su modelo de negocios que evade las leyes nacionales, los sistemas tributarios y la responsabilidad laboral.
“El respeto por los derechos de los trabajadores, la alta densidad sindical y la cobertura de los convenios colectivos conducen a una distribución más equitativa de la riqueza y a una mayor confianza pública en las instituciones democráticas”, señala la Confederación y subraya su ejemplo: Noruega.
“El mundo tiene hoy tres veces más riqueza que hace más de treinta años, pero nuestros sistemas tributarios no son adecuados para su propósito y nuestros servicios públicos y sistemas de protección social están en mal estado”, revisa la CSI y apunta entonces a normativas que tengan que cumplir los Estados para regular “el poder depredador de las corporaciones globales”.
“Los sindicatos son el mayor movimiento social del mundo”, sostuvo el belga Luc Triangle, secretario general de la CSI desde el año pasado. “Este Primero de Mayo, recordemos el papel integral que han desempeñado los sindicatos en el fomento de la democracia y movilicémonos para asegurarlos y promoverlos para el futuro”. Triangle viene de las filas de una de las tres organizaciones sindicales de su país: la Confederación de Sindicatos Cristianos, cuyo origen se remonta a 1886 con el “Sindicato Antisocialista de Trabajadores del Algodón”.
El 2 de mayo, en el Foro de las Naciones Unidas sobre Financiación para el Desarrollo pidió un cambio de estas políticas que incluyan no sólo los derechos laborales universales básicos para reducir las desigualdades sino también la disminución de la carga de la deuda pública y la reforma de la arquitectura financiera internacional.
Más en sintonía con la FSM, la filial de las Américas de la Confederación (CSA), condena el genocidio en la Franja de Gaza y exige el cese de la violencia criminal ejercida en los territorios palestinos ocupados de forma ilegal por Israel.
Además, su mensaje plantea “la preservación de América Latina y el Caribe como territorio de paz, libre de bases e instalaciones militares y de la injerencia de intereses imperialistas y de las grandes corporaciones en nuestros territorios”.
La CSA cuestiona finalmente “el dominio de los intereses corporativos y las ideologías extremistas y neofascistas que amenazan con socavar las bases del estado social de derechos.”