L
os mandatarios de Alemania, Canadá, EEUU, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido, más los de la Unión Europea (UE) llegaron ayer a la Cumbre del G7 con un acuerdo ya cerrado: utilizar este año los intereses que devengan los fondos rusos congelados en su sistema bancario desde el inicio de la operación militar especial, en febrero de 2022, para ayudar a Ucrania a reconstruirse.
Pero serán créditos de hasta 50.000 millones de dólares tomados de los dividendos de los fondos que el Banco Central de Rusia tenía depositados en el exterior: alrededor de 300.000 millones de euros.
La iniciativa fue del gobierno de Joe Biden y su jefa del Tesoro, Janet Yellen, pero no cuajaba a todos. Eso lo dejó claro el gobierno francés, encargado de hacer pública está decisión el miércoles, antes de viajar a Bari, Italia, sede de la reunión.
Como sea, la Cancillería rusa dijo sencillamente que la medida es un “atraco” y afecta la garantía de los fondos soberanos de otros países.
Serguéi Lavrov, el canciller, anticipó que responderán de manera simétrica: confiscar los activos europeos ya congelados en Rusia.
Lo que cerró a todos en el G7 ahora, es que cada país irá dando créditos –hasta llegar a ese monto total– que se irán cubriendo con el producto de los haberes rusos congelados por cada quien. Si los activos rusos llegasen a ser descongelados o si los haberes no son suficientes, el costo lo asume cada país de su bolsillo.
La propuesta inicial de EEUU era ser el titular del préstamo y que la UE le transfiera los intereses. Si no llegaran a alcanzar, se vería entonces como repartir la carga. En más o en menos, los europeos serían deudores de los estadounidenses.
Ursula von der Leyen y Charles Michel, ambos titulares del gobierno de la UE, estuvieron de lleno en la negociación.
Pasa que unos 200.000 millones de euros, de propiedad rusa, se encuentran congelados en las cuentas del Euroclear, uno de los mayores sistemas de compensación y liquidación de valores financieros de Europa, con sede en Bélgica. Y pasa también que pueden ser utilizados porque están sometidos a un régimen de sanciones por la operación militar rusa en Ucrania. Sanciones que cada seis meses el Parlamento Europeo ratifica, o no.
Los presidentes tomaron la decisión y acordaron los principios de este reparto. La instrumentalización y la firma de los contratos correspondientes, está ahora en manos del personal técnico.