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l Consejo Económico y Social de Río Cuarto (CEyS) informó que el Indicador de Pobreza Multidimensional (IPM) en la ciudad se ubicó en el 56,6% en el primer trimestre de este año, alcanzando a más de 100 mil personas.
El estudio realizado por el Centro Coordinador Regional de Estadísticas (CeCRE) complementa la tradicional medición de la pobreza (basada únicamente en ingresos), abordándolo desde un enfoque de derechos y abarcando múltiples dimensiones de las condiciones de vida de los individuos y hogares. Así, contempla categorías como la ‘Vivienda’, el ‘Hábitat’, la ‘Salud’, el ‘Empleo’, la ‘Educación’ y las ‘Estrategias del hogar’.
El IPM creció un 3,6% en el último trimestre y, según la presidenta del CEyS, Irma Ciani, “se está dando dentro de un proceso que es nacional, provincial y local”. Y es que, según los números del INDEC, la pobreza en Argentina se ubica en el 54,9% y la indigencia en el 20,3%, solamente tomando en cuenta los ingresos familiares. En nuestro ciudad, los mismos indicadores marcan el 53,5% y el 13,2%, respectivamente.
“Hay un contexto macro y, a 30 días de asumido el gobierno municipal, no podemos pretender que mediante políticas públicas se resuelvan todas estas problemáticas inmediatamente. Se necesita tiempo y recursos, que hoy no estarían disponibles”, remarcó Ciani.
“Los ingresos de las familias no están subiendo en la misma medida que aumentan todos los insumos (servicios, alimentos, etc) necesarios para vivir. Si los ingresos se mantienen estables y los servicios y alimentos siguen aumentando, esto se convierte en una tendencia”, afirmó y planteó la necesidad de revertir esta situación. Para ello, desde el Consejo Económico y Social expresan que “tiene que haber una articulación entre el Estado y la sociedad civil, para pensar políticas públicas de mediano y largo plazo que reseuvlan estas problemáticas. Nosotros somos un órgano consultivo, pero podemos aportar datos que al Estado les sirva para implementarlos”.
Presentación IPM CeCRE 2024Ciani hizo énfasis en dos categorías dentro de las relevadas: vivienda y salud. “Ha habido un traslado de familias que quizás tenían una vivienda en mejores condiciones a otra que no tiene todas las condiciones de dignidad, y esto está relacionado a la liberalización del precio de los alquileres y su aumento exponencial. La tendencia es ir a lugares que no son los que venían habitando. Cuestiones de hacinamiento, porque se acomoda la familia con los padres. O ir a una vivienda que no tiene todas las comodidades que tenía o una vivienda que tiene falencias o es más precaria en lo que se refiere al techo, los pisos, los sanitarios, por dar un ejemplo”, describió la titular del organismo.
“La otra variable fue el tema ‘Salud’, en donde si bien hay un sistema municipal y un sistema hospitalario, por ejemplo un turno en un hospital te puede llevar a tardar 30, 40 días o más”, dijo.
En un siguiente informe, el CeCRE también se refirió a la ocupación laboral en el cuarto trimestre del 2023: “la tasa de empleo calculada para el cuarto trimestre de 2023 es del 57,7%. Es decir, es el porcentaje de personas mayores a 15 años empleadas en la ciudad”, mientras que “el 42,3% restante son personas desocupadas o que están inactivas”.
En terminos etáreos, el desempleo es del 9,7% entre los 18 y los 23; del 2,7% entre 24 y los 29 años y del 5,7% para los mayores de 30.
La voz de las organizaciones
“Vemos día a día como se incrementa la demanda en los comedores comunitarios porque no hay que comer, hay nuevos actores solicitando ayuda“, plantearon desde Libres del Sur, con respecto a los índices de pobreza e indigencias, anunciados por el INDEC.
“Este ajuste brutal lo estamos pagando principalmente los sectores populares, los trabajadores, sectores medios, el comercio, pymes, etc” denuncian en un comunicado que afirma que “cayó el consumo por la recesión, los servicios son impagables y solo vemos que la crisis social y económica se profundiza”. “Es muy triste ver familias sin viviendas en las calle, porque los alquileres son inalcanzables o adultos mayores revolviendo la basura, un cuadro nunca visto”.
Desde la FeNaT también dan cuenta de ello: “la demanda se ha incrementado hasta un 50% más en los comedores y merenderos”, comentó Valeria Palacio, referente local. “Se han sumado muchísimas familias todos los días y no damos abasto con todos los comedores, tanto de gente adulta como niños. Hay muy poco trabajo para los compañeros de las barriadas, casi nada. Todo se maneja con la changa del día a día y es muy poco lo que recaudan para llevar a su hogar”, describió.
“Nosotros damos la comida martes y jueves, que es lo que nos alcanza con la mercadería y los sábados damos la chocolatada con una factura”, cuenta Tatiana Silva del “Comedor Deolinda”, ubicado en Banda Norte. “Cada vez se suman más niños que vienen a buscar la comida y se nota la desesperación de los padres, que vienen todos los días a preguntar por un paquete de fideos o arroz. Viene gente hasta del Barrio Alberdi a buscar la comida, a asegurar el plato de comida para sus hijos”, agregó. “En cuanto a la ayuda económica y donaciones que a veces recibíamos de los vecinos, este año hemos recibido muchísimo menos. Ya no está ese poquito de dinero que antes alguien podía destinar a comprar un kilo de carne o de fideos y traerlo al comedor”, comentó Tatiana.
Cintia Ávila, del centro comunitario ‘Ollas Poderosas’ (ubicado en el Barrio Alberdi), comentó: “Esto lo venimos viendo desde hace un tiempo, la pobreza viene incrementándose desde hace años. Lamentablemente no nos sorprende que el 56,6% de la población sea pobre, pero sí nos duele mucho y nos da bronca. Esta pobreza multidimensional es lo que venimos viendo y lo que le venimos reclamando al Estado desde hace tiempo”. “Se van acercando vecinas y vecinos, que aún teniendo un trabajo registrado y un sueldo medianamente estable, nos afirman que no les alcanza para cubrir la Canasta Básica Alimentaria. No llegan ni a 300 mil pesos por mes, no pasan siquiera la línea de la indigencia. Ni hablar de las familias que cuentan con un trabajo informal”, prosiguió.
Sobre la provisión de alimentos, por parte del Estado, describió: “estamos en una situación que no se veía desde la pandemia. Ahora no sólo aumenta la cantidad de familias que necesitan un plato de comida, sino que el gobierno nacional no está bajando los alimentos necesarios para cocinar, entonces estamos cocinando con lo que baja Promoción Social de la Municipalidad de Río Cuarto, con lo que conseguimos de donaciones y aportes del resto de la comunidad, pero aún así no alcanzamos a cubrir la demanda. En nuestro espacio hay 30 familias que están en lista de espera. Son muchísimas las familias que hoy están necesitando de los espacios comunitarios, particularmente los alimentarios, porque no llegan a cubrir la Canasta Básica Alimentaria. Y eso es gravísimo, porque golpea principalmente a la población más vulnerada que tenemos en Argentina que son niñas, niños, adolescentes y jubilados”.
Un millón de niños sin cenar
La UNICEF publicó un estudio que indica que en el país un millón de niños duermen sin cenar, mientras que un millón y medio se saltea alguna comida durante el día porque sus padres y madres no tienen para comprar.
“Esto realmente nos tiene que asustar como sociedad y nos tiene que doler”, planteó Ávila. “Tiene que haber una responsabilidad por parte de las instituciones y del Estado en generar políticas públicas que vengan a contrarrestar esta situación, porque los espacios comunitarios estamos desbordados, sin recursos, sin salarios y ya no sabemos qué otra estrategia comunitaria darnos para responder a las demandas y las necesidades de la comunidad”, apuntó.