E l presidente de Francia, Emmanuel Macron apeló a que los países occidentales dejen de enviar armamento a Israel. “Pienso que quienes envían armas no pueden cada día lanzar llamados junto a nosotros en favor de un cese del fuego”, señaló en la conferencia de prensa del lunes 7 de octubre. La alusión fue más que directa hacia EEUU. “Creo que hoy la prioridad es regresar a una solución política. Lamento que el primer ministro Netanyahu haya privilegiado otra opción (diferente al cese del fuego que le propusieron durante la reciente Asamblea General de la ONU ), en particular las operaciones terrestres en suelo libanés”.
Se cumplía un año del inicio de las hostilidades en Gaza. La oficina de la Presidencia informó que también se lo había expresado vía telefónica al mandatario israelí Benjamin Netanyahu.
Josep Borrell, a cargo de las Relaciones Exteriores de la Unión Europea (UE) lo respaldó y sostuvo ante los eurodiputados que “esta es la responsabilidad de Europa: abrir una esperanza a la paz […] si no queremos que generación tras generación, funeral tras funeral, sigamos asistiendo a la tragedia de esta maldita Tierra Santa”.
En las calles Londres, París, Roma, Berlín y Madrid había manifestaciones masivas por un “¡Alto el fuego ahora!”. Los carteles decían también “Boicot a Israel”, “La humanidad murió en Gaza”, “¡Desde el río hasta el mar, Palestina será libre!” y “Saquen sus manos del Líbano”.
El Consejo Representativo de las Instituciones Judías de Francia (CRIF) consideró que “Llamar a privar a Israel de armas no es actuar en favor de la paz, es hacer el juego de Hamas y de Hezbollah”.
Borrel había apelado a “tender lazos entre dos pueblos que desde hace cien años están luchando por la misma tierra y que no tienen otra solución más que compartirla”. La solución, dijo, “solo se puede basar en una partición de la tierra por la que esos dos pueblos luchan. El Estado de Israel fue creado por una resolución de ONU, y hoy el territorio palestino está reducido a un archipiélago”.
Días después Netanyahu respondió todo lo contrario. “Si el país se libera de Hezbolá, la guerra podrá terminar”, dijo. Su ejercito sigue arremetiendo sobre el Líbano atacando incluso las formaciones de Cascos Azules de la ONU, dispuestas allí desde el año 2000, justamente tras la invasión israelí de 1978.
Ayer, en una entrevista con el diario francés Le Figaro, aclaró: “No tenemos nada en contra de las fuerzas de paz de la ONU, Hezbolá se esconde detrás de sus posiciones para lanzarnos misiles”. Y consideró que “La lucha contra Hamás, Hezbolá y el régimen iraní es también una lucha por valores compartidos entre Europa e Israel”.