E
l Partido Republicano sumó esta vez de 73 millones de votos directos frente a 68 millones del Partido Demócrata. Donald Trump obtuvo así 295 escaños del Colegio Electoral (compuesto por 538 miembros) y fue proclamado como el 47º presidente de EEUU, que asumirá en enero de 2025. Además, los rojos le arrebataron a los azules la mayoría en la Cámara de Senadores y están a punto de controlar la de Representantes pues el escrutinio aun no ha finalizado.
“Es un movimiento inédito, el movimiento político más importante de la historia. Es el día en el que los estadounidenses recuperan el control de su país”, celebró Trump desde su sede de campaña en el sur de Florida, apenas conocida la tendencia ya en la madrugada el miércoles. Ya es elocuente la foto de la distribución del voto por Estados teniendo en cuenta que en casi todos (salvo dos), el candidato ganador se queda con el total de los electores. Y más profunda es aun cuando se ve al detalle los resultados en los distritos que los componen.
“Vamos a ayudar a nuestro país, vamos a arreglar nuestras fronteras, vamos a arreglar todo lo que está mal. Es una victoria que nos permite hacer América grande de nuevo”, dijo también el empresario. Inmediatamente, el presidente argentino Javier Milei, festejó reproduciendo esa misma consigna en su red social X.
Elon Musk, su dueño, hizo lo propio: “Vox Populi, Vox Dei” (voz del pueblo, voz de dios), publicó. Estaba junto a Trump en el búnker.
Según el diario Wall Street Journal, la mayoría de los votantes (39%) señalaron en boca de urnas que “el tema más importante al que se enfrenta el país” es la economía. Y el 63% evaluó que no era tan buena o era directamente mala. La desigualdad en EEUU ya es una de las más altas del mundo y la brecha en la distribución del ingreso sigue abriéndose: un 1% se lleva el 21% de todos los ingresos personales nacionales. Es el doble que lo que percibe en conjunto el 50% de los estadounidenses con menos ingresos.
El diario The Economist ya había señalado que había llegado a la presidencia en 2017 “por una marea de rabia popular”. Los de a pie –decía entonces– no han compartido la prosperidad de su país: los ingresos medios siguen siendo inferiores a los de la década de 1970.
“No debería sorprendernos demasiado que un Partido Demócrata que ha abandonado a la clase trabajadora descubra que la clase trabajadora lo ha abandonado a él”, reflexionó Bernie Sanders, que sí fue reelecto ahora como senador por Vermont, sobre su propio partido. “Mientras que a los muy ricos les va formidablemente bien, el 60% de la población vive al día”. Y siguió: “A pesar de tener ingresos per cápita mayores a los de otros países, somos la única nación rica que no puede garantizar el derecho a la salud y pagamos los precios más altos del mundo por medicamentos”, reconoció en su mensaje publicado en la red X.
Trump prometió en esta campaña profundizar la reducción de impuestos que ya había ejecutado en su anterior mandato. Esto implica no solo bajar la renta corporativa sino las contribuciones de los sectores medios. Propuso además cobrar aranceles del 10% al 20% sobre la importación de productos extranjeros en general y hasta del 60% para los chinos. Planteó también, por ejemplo, que la Administración de Alimentos y Medicamentos compre solo a empresas estadounidenses.
“Mientras los líderes demócratas defienden el status quo, el pueblo estadounidense está enojado y quiere un cambio. Y tiene razón”. Esta reflexión es de Sanders, también.
Los votantes consultados este martes, dice WSJ, mencionaron problemas concretos como la capacidad de compra, el precio de la vivienda y el miedo a la guerra. “Tenemos un país que necesita ayuda desesperadamente”, volvió a afirmar Trump desde Florida, y “Trabajaré incansablemente para que tengamos el país que ustedes merecen”, les dijo.
Pero también tocó el otro problema. “Dicen que quiero empezar guerras, no es verdad, quiero detener las guerras”, señaló . Recordó que en relación a los tres frentes abiertos durante la presidencia de Joe Biden: Ucrania en Europa, Medio Oriente y el Mar de la China. Su compañero de fórmula J.D. Vance lo habían anticipado a mediados de septiembre: “Rusia quiere que esta guerra termine, Ucrania quiere que esta guerra termine, los europeos quieren que esta guerra termine, porque está sacudiendo los precios de la energía”, señaló en la entrevista concedida al podcaster conservador Shawn Ryan.
¿Cómo? “Probablemente –puntualizó– sea algo así: la actual línea de demarcación entre Rusia y Ucrania se convierte en una especie de zona desmilitarizada, fuertemente fortificada para que los rusos no vuelvan a invadirla y Ucrania conserve su soberanía. Rusia obtiene una garantía de la neutralidad de Ucrania que no se une a la OTAN ni a este tipo de instituciones aliadas”. “Vamos a pagar la deuda, vamos a reducir los impuestos. Podemos hacer cosas que nadie más puede hacer. El éxito nos va a unir, y vamos a empezar poniendo a EEUU en primer lugar. No los defraudaré”, concluyó el flamante presidente electo.