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EUU y Ucrania firmaron finalmente un acuerdo para la explotación de los recursos minerales del subsuelo ucraniano, que otorga una participación preferencial a los norteamericanos para decidir qué proyecto, con qué empresas, dónde y cuándo hacerlo.
La Casa Blanca lo presentó como un “reconocimiento del importante apoyo financiero y material que el pueblo estadounidense ha prestado a la defensa de Ucrania”.
El 30 de abril estaban allí, en Washington, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, y la ministra de Economía de Ucrania, Yulia Sviridenko. El parlamento ucraniano le dio ayer el visto bueno. Ucrania tiene las mayores reservas evaluadas de uranio de Europa, las segundas mayores reservas de mineral de hierro, titanio y manganeso y las terceras mayores reservas de gas de esquisto. En un informe de abril de 2022, la consultora SecDev, con sede en Canadá, asignaba un valor de 26 billones de dólares en hidrocarburos y minerales críticos enterrados en Ucrania. Y que 12 billones, se encuentran en zonas ocupadas desde entonces por Rusia.
En septiembre del año pasado, cuando aún estaba en campaña, Trump le mencionó por primera vez a Zelensky la intención de que EEUU participe en la decisión sobre la explotación de sus minerales. Las mayores discusiones giraron desde entonces en torno a si la ayuda militar brindada computaba como deuda a cubrir con este acuerdo, la extensión de su validez en todo el territorio reconocido internacionalmente como Ucrania y la garantía explícita que el aporte de armas y equipos de guerra continuará. Nada al respecto quedó ahora por escrito. Por el contrario, sí quedó claro que el status legal del acuerdo es superior al de cualquier legislación ucraniana.
Las negociaciones concluyeron así con la firma de tres documentos: el Acuerdo Intergubernamental marco, el único que se hizo público y que menciona la creación de un Fondo conjunto de inversiones para la explotación de 57 tipos de recursos minerales incluyendo petróleo, gas, litio, oro, uranio, grafito, aluminio, zinc y varios metales de tierras raras.
Funcionará como una empresa con tres directores de cada Estado y se retroalimentará de los resultados de las operaciones que estarán exentas de impuestos. Será asistido por cuatro comités: uno responsable de decidir las inversiones, otro que tendrá a su cargo la administración y la gestión, otro auditor y uno más encargado de identificar los proyectos. Para todo ello, EEUU no tiene que desembolsar recursos específicos. A esos fines se imputarán los futuros envíos de armas y equipos, si los hubiera.
La ministra Sviridenko festejó su firma mencionando “la asociación igualitaria entre Ucrania y EEUU”. Pero el diario ucraniano Zerkalo Nedeli (Espejo Dominical) tiene otra versión: se da por sentado que EEUU proporcionará armas aunque nada ha sido especificado; se irán seleccionando proyectos de inversión y ofreciendo licencias de explotación a empresas norteamericanas que tendrán la exclusividad por seis meses para evaluar la conveniencia; durante los primeros diez años todos los resultados se volverán a gastar en Ucrania (en funcionamiento, en infraestructura o en nuevas explotaciones), pasado ese tiempo el dinero, libre de impuestos, se puede repartir.
Y apunta que “quizás merecemos un poco de honestidad”. “El resultado de las negociaciones fue nuestra venta de una cabra por valor de 350.000 millones de dólares. La vida es larga, la guerra terminará algún día, la reconstrucción llegará algún día y el acuerdo con EEUU es indefinido”.
Tomar posiciones
Para Marc Champion, columnista de la agencia Bloomberg, el resultado neto es de más amplio espectro: “excluir a Europa del futuro económico de Ucrania”.
Un comunicado de la Casa Blanca explica que “si EEUU decide adquirir estos recursos para nosotros mismos, se nos dará la primera opción para adquirirlos o designar al comprador de nuestra elección”. Y destaca también con esta asociación envía un fuerte mensaje a Rusia: “tiene piel en el juego y está comprometido con el éxito a largo plazo de Ucrania”.
En 2013, Ucrania tuvo la iniciativa de privatización del petróleo y el gas que fue obstaculizada por la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014 y la intervención militar en el Donbás. Tras lanzar una nueva estrategia energética en 2017, Ucrania estaba expandiendo su inversión en minerales críticos. Meses antes de la Operación Militar Especial de 2022, UkraineInvest había recibió más de 100 propuestas de empresas de toda Europa y Norteamérica y aceleraba la concesión de licencias.
Reportes oficiales muestran que la región del Dniéper-Donetsk concentra el 80 % de la producción y las reservas convencionales de petróleo, gas y carbón. La mayoría de los minerales críticos, en especial sus 22 formaciones de metales raros, también se encuentran en regiones como Donetsk, Dobra y Kurta Balka. Con Crimea y las costas del Mar Negro, Moscú controla además dos tercios del área marítima ucraniana y así, el 80% de sus depósitos off-shore de petróleo y gas.