
En Madagascar se produjo un golpe de Estado impulsado por movilizaciones populares y acaudillado por un sector de las Fuerzas Militares. El Coronel Michael Randrianirina, estuvo presente en las protestas que terminaron con la huida del presidente depuesto, Andry Raojelina, el pasado martes 14.
En el marco de las revueltas globales de la denominada “Generación Z”, a fines de septiembre la juventud de Madagascar inició reclamos callejeros ante la falta de agua potable y los continuos cortes de electricidad. Entre estas consignas por condiciones básicas de existencia, también apuntaron contra el gobierno de Raojelina. La represión de las fuerzas de Seguridad se cobraron la vida de, al menos, veinte manifestantes y dejaron una centana de heridos.
En una de las tantas acciones, las tropas del Cuerpo de Administración de Personal y Servicios del Ejército de Tierra (CAPSAT), encabezadas por Michael Randrianirina sumaron su apoyo y lanzaron un ultimatum al Gobierno.
El viernes 17, finalmente, el Coronel juró como nuevo presidente del país insular: “Nos encontramos en un punto de inflexión en nuestra historia porque, como demuestran los acontecimientos recientes, es verdaderamente el pueblo quien exige la revolución. Desde la independencia, los malgaches han luchado y se han sacrificado por una vida mejor”, dijo en su discurso.
“Somos uno de los países más pobres del mundo, por lo que la Generación Z, con el apoyo de la población, ha salido a las calles para exigir la reconstrucción nacional. También exigen la resolución de los problemas socioeconómicos”, apuntó Randrianirina remarcando la necesidad de construir obras de infraestructura en energía, agua potable, la salud y educación.
El pedido del viejo amo
En un comunicado, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia, llamó a “preservar escrupulosamente la democracia, las libertades fundamentales y el Estado de derecho”, y también instaron a escuchar el reclamo de la juventud: “las profundas aspiraciones del pueblo malgache —y en particular las de su juventud— por una vida mejor, más justa y digna, deben ser escuchadas y tomadas en cuenta”. El presidente depuesto, cuyo paradero aún permanece desconocido, abandonó el país en un avión del ejército galo.
Miles en las calles contra el desempleo y el fraude

Camerún celebró comicios presidenciales el pasado 12 de octubre, con el actual presidente, Paul Biya como candidato para ocupar un octavo mandato. El candidato opositor del Frente de Salvación Nacional de Camerún (FSNC), Issa Tchiroma Bakary, fue funcionario del actual gobierno hasta junio, cuando definió romper lanzas con Biya: “Un país no puede existir al servicio de un hombre”, declaró cuando dio a conocer su renuncia.
Las protestas contra el fraude se desataron la noche del jueves 16, cuando miles de personas tomaron las calles sumando al reclamo el alto desempleo, el aumento en servicios básicos y de combustible, y las miserables condiciones de vida. Las ciudades de Yaundé (capital), Garoua, Bafoussam, Janga, Kousseri y Douala fueron otros de los puntos de protesta.
Las últimas informaciones del jueves 23 aportadas por el Ministerio del Interior, indican que hubo al menos veinte personas detenidas y el uso de gases lacrimógenos para reprimir a los manifestantes. Mientras tanto, el oficialismo se ha adjudicado la victoria y tiene hasta el próximo domingo 26 para dar a conocer los resultados oficiales.


