La cotización de la moneda norteamericana pasó de 20.50 a 23.10 pesos en los últimos 15 días. Esta devaluación del peso del 12,6 por ciento puso en crisis al gobierno nacional que terminó recurriendo al Fondo Monetario Internacional (FMI).
Desde que asumió Mauricio Macri la presidencia, la devaluación de la moneda nacional fue del 137 por ciento respecto al dólar. Pero esta decisión se suma a las políticas que impulsa Cambiemos direccionadas al endeudamiento, la apertura financiera y los cambios en el mercado de capitales .
Por eso ni bien empezó a aumentar la divisa norteamericana, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) intervino. En la semana -del 25 al 29 de abril- vendió 4.343 millones de dólares de sus reservas para frenar el aumento y aumentó las tasas 3 puntos. Llegó incluso a 1.471 millones en un día, lo que significó la mayor intervención diaria sobre la plaza cambiaria de la historia. («Records»).
Pero nada frenó esta escalada del dólar que llegó cerca de los 21 pesos, salvo el feriado por el día del trabajador. En la semana siguiente, el BCRA que conduce Federico Sturzenegger siguió utilizando reservas que en total sumaron 7272 millones de dólares. Pero el dólar terminó en 23 pesos. Por eso el viernes pasado, los ministros de Hacienda y Finanzas, Nicolás Dujovne y Luis Caputo, anunciaron un recorte de más de 30 mil millones de pesos.
En el fondo
Como ninguna medida pudo tranquilizar el mercado cambiario, el presidente Mauricio Macri anunció este martes el acuerdo con FMI. En un video en el Salón Blanco difundido al mediodía en los canales de televisión, dijo: «Hace minutos hablé con Cristine Lagarde y nos confirmó que vamos a arrancar hoy mismo a trabajar en un acuerdo».
Macri dijo que «las condiciones mundiales están cada día más complejas, y por varios factores: suben las tasas de interés, el petróleo, se han devaluado las monedas, entre otras variables que no manejamos. El problema es que somos de los países del mundo que más dependemos del financiamiento externo».
Parte de esta situación ya se preveía en hechos sucedidos hace algunos meses (ver «Antecendentes»). Aunque ahora el gobierno deja el endeudamiento en las bolsas por la emisión de letras, y elige nuevamente al FMI para el otorgamiento de crédito. En diciembre último, el FMI advirtió que es «esencial» reducir el gasto público, «en particular salarios, pensiones y transferencias sociales». (ver «Advertencias»).
Incluso a fines de enero de este año, Alejandro Werner, Director del Departamento del Hemisferio del FMI, señaló que se espera que «haya una moderación salarial».
Es la política
Algunos actores del sector financiero indicaron que Argentina no califica para préstamos con el FMI. Alberto Ramos, economista jefe para mercados emergentes de Goldman Sachs, manifestó: «La línea de Crédito Flexible tiene condiciones muy favorables y está diseñada para países con una situación económica sólida. Pero realmente no está claro que la Argentina encaje en esa descripción».
La firma de inversiones Exotix indicó que «Argentina no califica en ninguna de las condiciones exigidas por el «FMI para otorgar esa facilidad crediticia». Mientras la calificadora de riesgo Fitch Ratings redujo la perspectiva de la nota de los bonos de la deuda argentina desde «positiva» a «estable»; Gabriel Torres, analista senior de la calificadora de riesgo Moody’s, manifestó que el reciente debilitamiento del peso podría ser un «acontecimiento negativo en términos crediticios» para el país.
Luis Caputo, ministro de Finanzas -cartera que emitió deuda sólo este año por 15.000 millones de dólares- dijo: «Creemos que esto es lo mejor, es el financiamiento más barato que podemos tener y deja más espacio para que el sector privado pueda financiarse».