«Está en juego el destino de la República Argentina»

Para Ernesto Alonso, la “cuestión Malvinas” no tuvo inicio y final en los 74 días que duró el conflicto bélico en el archipiélago. Malvinas significa soberanía nacional y autodeterminación de su pueblo, el argentino, sobre los territorios que les pertenece. Desde esta perspectiva, desde el Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas (CECIM) estudian e investigan la usurpación de la corona británica de las Islas desde el año 1833 y la extracción de los recursos naturales de nuestros territorios, la plataforma continental y el Atlántico sur.

-Plantearon que Malvinas no es la guerra únicamente. ¿Por qué?
-La concepción que tenemos es que la cuestión Malvinas para la República Argentina no debe estar referenciada solamente con la dictadura militar y la guerra. Es un tema que todavía nos duele y de mucha sensibilidad social de lo que ocurrió en 1982. Pero tenemos que tomar a Malvinas en su plenitud, desde 1833, donde se produce la usurpación Británica. Fue la tercera invasión inglesa que efectivamente se quedaron con parte de nuestro territorio después de que en 1806 y 1807 no pudieron. Entonces, quedarnos con el pasado más reciente nos limita pensar a los Argentinos la importancia que tiene esta situación de disputa de soberanía y esta situación de que nuestro territorio nacional está cercenado en gran parte. Plantear este abordaje cambia la perspectiva y permite analizar una serie de cuestiones que están relacionadas con la disputa de soberanía que tiene nuestro pueblo y de cómo los interés nacionales y populares van trazando de alguna forma la necesidad de construir cami-nos para que nos vaya acercan-do cada día a la recuperación definitiva de esa soberanía. Por eso intentamos hacer este ejercicio del mirar el todo. Y en esto vamos involucrando a distintos actores de la sociedad, estudiantiles, juventud, gre-mios, sindicatos. Sino, quedaría exclusivamente dentro del ámbito de los combatientes y eso sería un error.
-¿Qué está en juego en las Islas y su entorno, a partir de su ubicación geográfica?.
-Está en juego el destino de la República Argentina. Cómo el imperialismo británico, norteamericano y sus socios aliados, a través de sus políticas van sometiendo a los pueblos de distintas partes del mundo. Vemos la necesidad de ir generando conciencia para entender que no solo son las Islas, son dos argentinas más en kilómetros cuadrados que están en disputa.Y darle visibilidad y proyección de que si luchamos el presente, vamos a tener un futuro mejor. Si resistimos a este embate, a las políticas de entrega como sociedad y pueblo a la sumisión de los intereses que nada tienen que ver con la obtención de la felicidad de nuestro pueblo, vamos a tener una mejor perspectiva hacia el futuro dentro de la visión integral, dentro de todas las discusiones que significan políticas soberanas de alimentación, educación, salud, trabajo, decisiones que reflejen en políticas las necesidades que hay que cubrir en nuestra sociedad. Allá por los ´90 decíamos, hablar de Malvinas es hablar de por qué los pibes van descalzos a la escuela. Y desde ese lugar tratamos de hacer una construcción y una transferencia a las nuevas generaciones. Por suerte la acumulación de la lucha de nuestros pueblos, la que aprendimos de los compañeros que estuvieron presos y que tuvieron una conciencia social y política superadora a lo que fue después las políticas neoliberales y regímenes dictatoriales a la Argentina, y la transferencia que hacemos la generación de Malvinas hacia las nuevas generaciones son esos vasos comunicantes que vamos transfiriendo conocimientos, experiencias y acumulación de prácticas políticas que van a ser mejores, van a ir superando obstáculos y entendiendo que cada vez nos vamos enfrentando a un poder global cada vez más agresivo, efectivo y que en muchos casos penetra en muchos sectores de la sociedad, que hacen que hoy tengamos muy pocos niveles de conciencia.
-¿Qué aprendizaje tenemos como pueblo en relación a la soberanía?
-La construcción que ha hecho nuestro pueblo después de haber vivido la dictadura más sangrienta que vivimos en nuestro país generó hechos concretos que se consolidaron en políticas públicas. El camino de memoria, verdad y justicia que transitó la Argentina en muy pocos países se ha transitado. Ni Brasil ni Uruguay pudieron avanzar en juicio y castigo a los culpables. Chile tuvo una dictadura con Pinochet hasta muchos años después que Argentina recupere la democracia.

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