Este martes miles de estudiantes, docentes, sindicalistas, trabajadores y activistas de movimientos populares salieron a las calles para protestar en defensa de la educación y contra la reforma de las pensiones que impulsa Jair Bolsonaro, presidente de Brasil. El tercer “tsunami educativo” contó con movilizaciones en 25 estados brasileños. Según datos de la Confederación Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), hubo protestas en más de 207 municipios.
La jornada de movilizaciones fue organizada por la Unión Nacional de Estudiantes (UNE) que denunció que el programa tiene un sesgo privatizador y hay que combatirlo. Además la UNE anunció que buscará ampliar su apoyo popular, parlamentario y académico para presentar al Congreso Nacional un proyecto de ley para garantizar inversiones en educación pese al congelamiento del gasto público y para anular el recorte presupuestario de las universidades públicas e institutos federales. En esta jornada la protesta estuvo enfocada contra el proyecto llamado “Future-se”, que establece la creación de un fondo de 27.000 millones de dólares para atraer inversión privada para las instituciones de enseñanza superior del país. Ex ministros de Educación, rectores y otros especialistas afirman que el proyecto amenaza la autonomía presupuestaria de las universidades y representa también una amenaza para la gratuidad de la enseñanza superior pública.
En São Paulo, se calcula que 100 mil personas participaron de la protesta. En Brasilia, capital del país, el acto fue realizado en conjunto con la Primera Marcha de Mujeres Indígenas, con cierre frente al Congreso Nacional. En Curitiba, fueron 10 mil personas. En Porto Alegre, fueron 30 mil manifestantes. En Salvador, el “Tsunami educativo” reunió a cerca de 35 mil estudiantes, docentes, y organizaciones sociales.
Durante la protesta en São Paulo, el presidente del Sindicato de Estudiantes de Escuelas Secundarias de Brasil (UBES), Pedro Gorki, dijo que “el riesgo de estos recortes es que la educación perderá sus características públicas, democráticas y gratuitas. No quieren que la educación sea un derecho para todos, quieren transformarla en un derecho para unos pocos”.
Avanzan con la Reforma Previsional
La Cámara de Diputados de Brasil aprobó, en segunda instancia, el marco legal de la polémica reforma de jubilaciones y pensiones propuesta por el Gobierno del presidente Jair Bolsonaro. Su aprobación definitiva depende del Senado. La segunda de las dos votaciones necesarias fue respaldada por 370 diputados, frente al rechazo de 124 y una abstención. En la primera votación, el pasado 10 de julio, 379 parlamentarios lo hicieron a favor y 131 se manifestaron en contra. El proyecto plantea una edad mínima para la jubilación, de 62 años para las mujeres y 65 para los hombres.