Mediante el Decreto de Necesidad y Urgencia 596/2019 (ver abajo), el Ejecutivo informó el adecuamiento compulsivo, sosteniendo la tasa de interés, de los vencimientos de la deuda a corto y largo plazo, incluyendo el préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI).
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La medida fue girada al Congreso de la Nación y buscará “reducir la incertidumbre que afecta el bolsillo de los argentinos”, según declaró Mauricio Macri ayer, en un mensaje casi calcado al del 29 de agosto de 2018 cuando anunciaba el adelantamiento de un nuevo desembolso del FMI para “fortalecer la confianza y retomar el sendero de crecimiento lo antes posible”. “Tenemos que poder acordar una campana protectora sobre el sistema financiero. A río revuelto nadie gana más que los especuladores. Hace falta despejar las dudas sobre la capacidad de pago argentina este año y en el próximo período presidencial”, indicó por su parte el Ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, el miércoles. Desde ese entonces, los desembolsos del FMI sirvieron casi íntegramente al pago de otros mecanismos de deuda pública contraídos por el Estado Nacional.
«Reperfilamiento»
El “reperfilamiento” de corto plazo –Letes, Lecaps, Lelinks y Lecer-, anunciado por Lacunza, alcanzará a un equivalente de 13.000 millones de dólares. Los inversores institucionales como bancos y aseguradoras cobrarán los 11.000 millones de dólares que vencen en los próximos meses en tres tramos: “15 por ciento al momento del vencimiento, 25 por ciento a los tres meses y el 60 por ciento restante dentro de seis meses”. La reducida porción que está en manos de pequeños ahorristas, alrededor de 1900 millones de dólares, será cancelada al momento del vencimiento. “En el caso de las LECAP que venzan a partir de 2020, solo se extenderán 3 meses de plazo».
En cuanto al largo plazo, el “reperfilamiento” es mayor e incluye complejas operaciones con bonos en pesos, dólares, euros, yenes y francos suizos por una suma equivalente a 50.000 millones de dólares -que en el mercado de futuro ya cotiza a $102 en abril-. Introducir los cambios a los bonos regidos con la legislación argentina requiere la autorización del Congreso. El intento con los tenedores de títulos emitidos bajo ley extranjera exige lograr elevados niveles de adhesión en asambleas de inversores alrededor del mundo, organizadas por bancos internacionales.
Estos “reperfilamientos” se producen cuando nadie acude voluntariamente a prestar nuevo dinero a países cuya economía ha sido empujada a situaciones donde el pago se torna dudoso -la Argentina ha superado los 2000 puntos de Riesgo País esta semana-. Aunque Lacunza afirmó que el problema actual de la deuda es de liquidez, es decir que faltan dólares, y no de solvencia, la relación Deuda Pública / PIB ha ascendido desde el 37,6 por ciento en 2015 a cifras superiores al ciento por ciento en 2019. En este contexto, el anuncio del Ejecutivo consiste en canjear deuda ya contraída, rescatándola antes del vencimiento y entregando a cambio otros papeles con vencimiento a plazo más largo.