La situación que atraviesa el país lleva a los trabajadores a comparar este momento con los que tuvieron que atravesar cuando recuperaron sus fábricas. Este fue uno de los temas centrales de la 31º asamblea ordinaria de la Federación de Cooperativas de Trabajo de la República Argentina (FECOOTRA) realizada el pasado sábado en la ciudad de La Plata, provincia de Buenos Aires.
2.433.000 pesos fue última factura de electricidad para la fábrica La Algodonera de Reconquista, al norte de la provincia de Santa Fe. La energía representa el 55 % de sus costos. “Si hablamos del contexto del país, no estamos bien. La economía está mal y todo está mal. Nuestro peor incoveniente es la energía. No solo para nosotros sino para todas las empresas”, manifestó Francisco Hilguero, secretario de la Cooperativa, empresa recuperada en 2016 y que hoy genera trabajo para 90 asociados. La Algodonera produce fibra de algodón, poliester y gasas para la salud.
Hilguiero comentó que su “lucha viene de hace rato ya que estuvimos 5 años mal hasta que la fábrica quebró”. “Somos nuevos. Tenemos que aprender qué es la cooperativa, cambiar el chip de operar dependiente a ser un cooperativista, vamos aprendiendo sobre la marcha que no es nada fácil”, dijo.
En la asamblea de Fecootra participaron 39 cooperativas de Capital Federal, Buenos Aires, Tucumán, Chaco, Entre Ríos, Córdoba, Santa Fe, Neuquén y Río Negro . Distintos rubros, geografías y experiencias, pero hay algo en común: el compromiso y la lucha por mantener el trabajo autogestionado.
Cooperativa gráfica Chilavert de Capital Federal está realizando festivales para recaudar fondos y así pagar la tarifa de luz. En agosto les llegó 125.000 pesos, en septiembre 85.000 y 45.000 pesos venían pagando hasta marzo. “Estamos tristes, nos bajó la producción. Los retornos están congelados, no hay perspectiva de aumento. Nos siguen llegando las tarifas de una forma impagable. Estamos preguntándonos hasta cuando seguimos. Estamos mal moral y económicamente”, explicó Plácido Peñarrieta, miembro de la cooperativa que fue recuperada tras la crisis del año 2001 y hoy genera 15 puestos de trabajo.
“A nivel de empresa tenemos todas las complicaciones como la mayoría, el tema de la luz, los costos que te cobran en dolares y la vamos piloteando bastante bien”, dijo Magdalena Cabrera, presidenta de Jabonera Cañada Rosquín, provincia de Santa Fe.
La fábrica de jabones de pan, velas, detergentes y jabón el polvo fue recuperada en el año 2006.
En un pueblo de 5.500 habitantes los trabajadores cortaron la ruta nacional y lograron el respaldo de la comunidad para poder mantener las fuentes de trabajo que hoy llega a 39 familias.
Cabrera comentó que si bien “no deja de afectarnos lo que pasa en el país, estamos tranquilos porque estamos mejor que cuando quebró la empresa en 2006. No teníamos idea de nada. estábamos acostumbrados a ser empleados y recibir ordenes”, concluye.