Los trabajadores de ferrocarriles y puertos sentaron posición sobre el debate en torno a la administración de la principal vía navegable del País, en los ríos Paraná y Paraguay. Adrián Silva, secretario general de la Asociación del Personal de Dirección de Ferrocarriles Argentinos – Administración General de Puertos y Puertos Argentinos (APDFA), afirmó que “nuestra postura como sindicato es que se debe cambiar el rumbo”. El dirigente dijo que “está en debate si se cambia o no el modelo de los años noventa. La Hidrovía no existía, fue una empresa que se creó en esos años para hacer el dragado del Río Paraná. Ahí vino el auge de la exportación de granos, la desregulación del sistema portuario argentino, de la aparición de puertos privados que no existían previamente. Esta empresa Hidrovia comenzó a tener el control con el dragado para que los barcos cada vez más grandes puedan llegar a los puertos por los cuales se saca la producción”.
Para Silva afirma que “todo lo que significó la política de los años noventa está quedando a la vista. Se está decidiendo si el control por la circulación de nuestros ríos lo va a tener el Estado nacional o va a estar en manos de una empresa que va a ganar dinero con el cobro de peajes y que de alguna manera regula, o no regula, lo que circula”.
“La opinión de nuestro sindicato es que se debe cambiar el rumbo. De entrada propusimos una empresa estatal de dragado y la coordinación de todos los puertos del país, algo que hoy no existe. Propusimos que la Administración Nacional de Puertos que es una empresa del Estado nacional, que hoy está limitada a tener una posición concedente del puerto de Buenos Aires, se transforme en el ente de contralor y de regulación de todos los puertos argentinos”.
Para Silva se está “enfrentando una decisión que es retomar la soberanía, asumir la defensa del interés general y acá todos sabemos que los puertos privados declaran una producción que no sabemos si es real. Tenemos serias sospechas que se declare lo que realmente sale. Eso es dinero de impuestos para el país”.
Propuestas
“Este puede ser el puntapié inicial para cambiar estructuralmente la matriz menemista. El año que viene vencen las licitaciones de sistema eléctrica y hidroeléctrica, y lo que aprendamos de esta situación puede prepararnos para el debate futuro”, asegura Pedro Wasiejko, actual presidente de Astilleros Río Santiago.
“El sistema no puede quedar tal como lo dejaron Menem y Cavallo, bajo la lógica de privatizar a costa de desmantelar el aparato del estado, sin ninguna visión estrategia de la soberanía nacional”, afirma Wasiejko, quien estuvo al frente del Sindicato Único de Trabajadores de Neumáticos (SUTNA) en donde logró el primer convenio colectivo con participación de los trabajadores en las ganancias empresarias.
Afirma que el modelo ideal sería que el consorcio se lleve adelante por una empresa pública, propone que la concesión no sea a una única empresa, sea pública o privada. “Para el tramo Santa Fe- Confluencia, que por sus características y la de los barcos que la transitan implica una menor necesidad de dragado y capacidad de inversión, la figura ideal sería una empresa estatal”, afirma y agrega que el resto del tramo se puede dividir entre el Paraná (desde Santa Fé al Río de la Plata), y el del Río de la Plata incluído el mantenimiento del Canal de Magdalena: “¿Por qué no hacer divisiones para mantenimiento y dragado y que compitan diferentes empresas?”, se pregunta. Esta condición permitiría que el Estado argentino tenga mayor margen de negociación para pedir por ejemplo un mayor componente nacional tanto en los empleos como en la draga e incluso que se utilicen equipos con algún componente nacional.
Precisa que el Estado debe quedarse con una parte de lo recaudado en la explotación, y destinar un 2 por ciento a organismos de control y entre el 8 y 10 por ciento para obras complementarias que permitan el acceso de los puertos por donde pasa el río “y que no sea una autopista para algunos que pueden, sino para el conjunto”.