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omenzó el debate sobre la reducción de la jornada laboral en el Congreso con la tercera reunión informativa en la Comisión de Legislación de Trabajo de la Cámara de Diputados donde legisladores, referentes sindicales, empresariales, abogados laboralistas, investigadores y la ministra de Trabajo, Raquel Olmos expusieron sus posiciones sobre el tema.
Hay siete proyectos de ley que buscan introducir modificaciones a la ley 11.544 del año 1929 en donde se estableció una jornada laboral de 48 horas semanales. Cinco de ellos pertenecen al oficialismo: Sergio Palazzo, Claudia Ormaechea, Hugo Yasky, Eduardo Valdez y Mónica Litza. Los restantes a diputados opositores: Nicolás Del Caño (Frente de Izquierda) y Enrique Estévez (Socialismo).
Los diversos proyectos proponen una reducción de la jornada laboral de las actuales 48 horas a 40 y 36 horas dependiendo de la iniciativa, manteniendo los niveles de remuneración. La reducción podría materializarse en menos horas trabajadas por día o en una semana laboral de cuatro días según plantean los proyectos.
Los dirigentes sindicales argumentan que esto genera mayores niveles de productividad, baja los accidentes y enfermedades laborales así como reducción del ausentismo, además de generar una mayor calidad de vida a partir de la extensión del tiempo de descanso. También plantearon que el marco general tenga una discusión más específica en las negociaciones colectivas de cada sector.
En contra del tiempo libre
Julio Cordero vicepresidente del Departamento de Política Social de la Unión Industrial Argentina (UIA) dijo: si “yo limito la jornada para que trabaje menos, ¿para qué? ¿O sea, está mal trabajar, estamos en contra del trabajo? ¿Para qué, para ir afuera a hacer qué? Por supuesto la vida familiar es absolutamente importante, pero esto ya se debatió internacionalmente. El límite dispuesto por la OIT es de 8 horas diarias o 48 horas semanales”.
El secretario general de la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME), Ricardo Diab, sostuvo que “no podemos hablar de empleadores y empleados porque en una pyme ambos trabajan codo a codo, la estructura es diferente, por eso estos proyectos generales no son abarcativos, ni siquiera entre las mismas pymes”.
Por la Unión Industrial de la provincia de Buenos Aires (UIPBA), Oscar García Díaz, pidió que no “nos olvidemos que los empresarios también somos trabajadores, y nos parecería oportuno generar otros derechos para nosotros, sobre todo para las pymes, analizando por ejemplo lo que son las multas de la legislación laboral”.
Martín Tetaz, diputado de Juntos por el Cambio, remarcó la “heterogeneidad” del mercado laboral y sin negarse abiertamente expresó que la “norma no puede ser de carácter general”.
Para vivir mejor porque hoy se trabaja más y se gana menos
La diputada y trabajadora bancaria, Claudia Ormaechea, que presentó un proyecto para reducir la jornada a 36 horas semanales, destacó “las transformaciones en el mundo del trabajo” que hubo en los últimos 100 años y la posibilidad de “compatibilizar mejor la vida laboral con la familiar y lo social” y de “humanizar las relaciones de trabajo”.
Otro de los diputados autores de un proyecto es Hugo Yasky quien es secretario general de la CTA de los Trabajadores. Sostuvo que “queremos que la gente trabaje menos para que viva mejor y que viva menos alienada porque hoy se trabaja más, se gana menos, hay más productividad, más pobreza y riqueza concentrada”.
El diputado Sergio Palazzo de Bancarios y de la Corriente Federal de Trabajadores apuntó que “el crecimiento de la productividad, el impacto tecnológico no ha ido acorde al trabajo generado. La apropiación se la ha quedado el capital”. Argumentó que desde el 2015 los ingresos de los trabajadores cayeron un 25% mientras que la porción de la torta de ingresos del capital se incrementó.
La ministra de Trabajo, Raquel Olmos apoyó la iniciativa justificando que “es una de las normas donde Argentina ha quedado rezagada” destacando “el rebalanceo de trabajo y esparcimiento” a lo cual se “agrega la tarea de cuidados” y promoviendo una “redistribución de la productividad”.
Ricardo Peidró de la CTA Autónoma llamó a “avanzar y profundizar” en la reducción. “Está directamente relacionada con la salud y la seguridad de los trabajadores, mejora derechos fundamentales de la clase trabajadora“.
Para Natalia Salvo, de la Corriente de Abogados Laboralistas 7 de Julio, “Estamos discutiendo intereses objetivos y el interés de la parte trabajadora no es solo la humanización, sino tener mejores condiciones de trabajo y de vida”.
“El tiempo libre tiene que ver con el cuidado de la familia, las vacaciones y los derechos económicos, sociales y culturales y el disfrute. La regulación es fundamental incluso para que exista un capitalismo sustentable”, completó.
Acuerdo de estatales
Rodolfo Aguiar, secretario general electo de ATE, aseguró que “en el sector público es posible reducir la jornada laboral o hasta concentrar toda la actividad solo en cuatro días de la semana, aumentando a la vez la eficiencia de todas las prestaciones del Estado”. Reducir la jornada “servirá para empezar a enfrentar uno de los mayores males que existe en todos los niveles del Estado, que es la precarización laboral”, consideró Aguiar.
El dirigente dice que “si se logra trabajar menos horas sin bajar salarios o incluso aumentándolos, repercutirá positivamente en numerosas áreas, sobre todo en aquellas con altos niveles de autoexplotación como salud, educación y centros de contención a franjas sociales vulnerables, dependencias municipales y otros, en los que los trabajadores para garantizar ingresos dignos, suelen duplicar o hasta triplicar la jornada realizando guardias u horas extras”.
Consideró que “jornadas laborales más cortas permitirán mejorar la salud física y mental de los trabajadores, pero también construir ambientes de trabajo sanos y libres de violencia, como así también aumentar la cantidad y calidad de las prestaciones o servicios estatales”.