Son 16,6 millones de personas las que no tuvieron ingresos suficientes en su grupo familiar como para cubrir los componentes de la Canasta Básica Total (CBT). De ellos, 3,6 millones ni siquiera alcanzaron la que computa solo cantidades de alimentos mínimos para vivir (CBA). Los primeros son pobres. Los segundos, indigentes.
Estos datos del INDEC fueron relevados a lo largo del segundo semestre del año pasado y arrojan un índice de pobreza de 37,3% sobre una población total estimada de 45 millones de personas. El índice de indigencia alcanzó el 8,2%. En el mismo semestre de 2020 habían sido de 42% y de 10,5% respectivamente.
La medición muestra que la diferencia los ingresos monetarios de los hogares pobres y el costo de la CBT se acortó pero sigue siendo mucha: los primeros promediaron 46.700 pesos y 74.000 pesos la segunda. Los dos valores aumentaron: 23,8% el promedio de ingresos por hogar contra un 16,5% del precio de la CBT.
Pero la brecha es tal que sigue siendo mayor la población cercana a caer en la pobreza que la que puede dar el salto adelante.
El 51,4% de los menores de 15 años sigue viviendo en condiciones de pobreza a pesar de que también fue el segmento que más redujo su índice: -6,3% interanual. Los adolescentes (de 12-17 años) resultaron los más golpeados: 54% es pobre.