A 60 años de Huerta Grande: usar las herramientas de lucha para salir de la derrota

n homenaje al Programa de Huerta Grande de 1962, del que se cumplen 60 años, ATE provincia de Córdoba organizó una jornada de debate de la que participaron dirigentes y militantes sindicales y sociales locales, de la provincia y de Rosario. Fue el 29 de junio en el auditorio Héctor Castro de esa sede gremial, un dirigente de activa participación en el Cordobazo de 1969, de la por entonces Industrias Mecánicas del Estado (IME), actualmente Fábrica de Aviones (FadeA).

La apertura de debate estuvo a cargo de Ilda Bustos, del sindicato de Gráficos, y de Daniel Yofra, secretario general de la Federación de Aceiteros y Desmotadores de Algodón que acaban de actualizar su paritaria con un salario básico de 184.000 pesos. Ambos presentados por Federico Giuliani, titular provincial de ATE.

Giuliani recordó que fue en Córdoba donde se gestaron dos grandes programas (el mencionado de Huerta Grande y el de La Falda, de 1957). Bustos destacó que “son los más fuertes en sus definiciones” porque “allí se establecen los parámetros de lo que debe ser el país”, y que no pase como ahora que, por ejemplo, “las empresas monopólicas hacen lo que se les canta”.

A la lista histórica agregó la experiencia de CGT de los Argentinos y los 26 puntos, de la CGT de Saul Ubaldini. “Todos estos programas deberían ser el futuro, no el pasado”, ratificó la dirigente, a partir de lo cual se permitió una profunda autocrítica.

“En estos programas tenemos la envergadura, la dimensión y la profundidad de la derrota de la clase trabajadora”, afirmó y dijo que “estas actividades tienen que servir para que midamos bien” toda esta historia. Y la repasó, desde el Plan Conintes (Conmoción Interior del Estado) dictado por el gobierno en 1958, la toma del Frigorífico Lisandro de la Torre, el trabajo quirúrgico de la dictadura de 1976, desapareciendo miles de militantes y destrozando la Ley de Contrato de Trabajo, el tremendo quiebre de la dirigencia sindical con el menemismo de 1990 “adhiriendo a la nueva condición de nuestro país ya bajo los dictados del Consenso de Washington pero que había empezado con la crisis del petróleo de 1973”, asumiendo la destrucción del Estado, el modelo agroexportador con una economía primarizada, la desregulación de las obras sociales sindicales y su conversión en un sistema de empresas, “tal como siguen hasta hoy”.

Y hoy, “tenemos 52% de pobres y es absurdo pensar que sean pobres teniendo trabajo”, dijo Yofra y se preguntó: “¿qué está haciendo la CGT hoy?”

Para Giuliani, “pareciera que se olvidaron de que hay hambre, que trabajamos para seguir siendo pobres, de que la precarización laboral es una herramienta de disciplinamiento de nuestra clase”.

También como autocrítica Yofra dijo que “las debilidades que tenemos dentro de la dirigencia, y más la nacional, nos llevan a correr cada vez más lejos la herramienta que a los trabajadores nos posibilita poder triunfar o por lo menos enfrentar la crisis, enfrentar a los patrones, a los partidos políticos que son también responsables de la crisis económica que tiene este país y que vienen pagando los trabajadores desde hace mucho tiempo”.

Hacía referencia a la huelga: “si no somos capaces pensar que tenemos la herramienta de la huelga, va a ser muy difícil que triunfemos con cualquier programa, en cualquier frente o en cualquier unidad que querramos hacer”.

“Hay que desempolvar las herramientas que nos dejaron esos dirigentes de la resistencia peronista, de la proscripción, del programa de Huerta Grande, de La Falda, del Correntinazo, el Rosariazo, el Cordobazo… dirigentes que estaban a la altura de las necesidades de los trabajadores”.

A modo de ejemplo dijo que “en 2023 nos van a volver a decir que tenemos que ponerle nuevamente el hombro al país. Y esa va a ser la excusa para que las centrales nacionales digan que no se puede hacer paro porque desestabilizamos a los gobiernos o le hacemos el juego a la derecha”.

Y en esa línea enfatizó también que los dirigentes sindicales tienen que enfocarse “en empoderar al movimiento obrero” y “dejarse de joder con ser parte de un partido, de un club de futbol, de estar distraídos respecto de lo que son hoy las necesidades que tienen los trabajadores: el hambre y la pobreza”.

“Tuvimos una dirigencia sindical que se planteó transformar la realidad. Nos falta eso», señaló Ilda y apuntó a “tomar estos programas como un decálogo de la posición a la que tenemos que volver, con el eje puesto en la clase trabajadora”, dijo Bustos.

“Cuando a veces cantamos ‘no nos han vencido’ -agregó-, la verdad es que me hace ruido porque puede que no nos hayan vencido pero de esa derrota, todavía no salimos.”

Giuliani destacó justamente el objetivo de organizar estos plenarios: “interpelarnos es la mejor manera de avanzar”. “Y propuso: creo que estamos en condiciones de construir una huelga nacional. Quién cree que no sobran motivos, con 52% de pobreza y teniendo que pagar una deuda fraudulenta”.