A pesar de que la actividad industrial viene menguando en los últimos tres meses, la Utilización de la Capacidad Instalada en la Industria (UCII) fue 6,9% superior en mayo de este año respecto de mayo de 2021. El nivel general o promedio del potencial productivo del conjunto de las ramas industriales, dio un resultado de 68,4%, el más alto de los últimos 6 años.
El informe del INDEC revela que en el último año todas las ramas fabriles aumentaron el funcionamiento y el ritmo de sus plantas productivas. Las que más lo hicieron y se ubican por encima del promedio UCII son las industrias metálicas básicas (85,8%), productos minerales no metálicos (81,4%), refinación del petróleo (81,3%), papel y cartón (78,0%), y sustancias y productos químicos (74,3%).
La industria de alimentos y alimento y bebidas (64,8%), edición e impresión (61,7%), productos del tabaco (61,5%), productos textiles (59,5%), metalmecánica excepto automotores (57,1%), industria automotriz (57,1%), productos de caucho y plástico (55,4%), presentaron niveles de utilización de la capacidad instalada inferiores a la media.
Otra medición que realiza el INDEC es la del Índice de Producción Industrial (IPI) manufacturero que, con respecto a mayo del año pasado, ha crecido también un 11,9%. El IPI, que es una síntesis entre producción y venta de unidades físicas, utilización de insumos y cantidad de horas trabajadas en las diferentes ramas fabriles, en los últimos tres meses viene cayendo: -1,1% de mayo respecto a abril, por ejemplo.
La Unión Industrial Argentina advirtió esta semana que se debe a las nuevas restricciones cambiarias que impuso el Banco Central (BCRA) que dificultan las importaciones de insumos para las cuales requieren dólares. De hecho, señalaron que tuvieron que financiar a 180 y 360 días las compras externas.
Si el BCRA no afloja, el impacto podría empeorar, dijeron en la UIA. De hecho, técnicos de ambas entidades se reunieron el miércoles de la semana pasada. “Esperamos que haya decisiones que permitan dar previsibilidad”, auguró luego Daniel Funes de Rioja, titular de UIA.
Silvio Zurzolo, titular de la Asociación de Industriales de la provincia de Buenos Aires (AdIBA) y prosecretario de la UIA habló en nombre de las pymes: “Estamos pidiendo que ingresen al país insumos que son fundamentales para la producción y generar valor”.
También pidieron previsibilidad cambiaria, para decidir y mantener inversiones, los industriales brasileños a quienes el nuevo ministro de Desarrollo Productivo fue a visitar a Sao Paulo. Allí les propuso mayor integración y aumentar el comercio en monedas locales.
Scioli apuesta a que en agosto, cuando mengüe el frío y no haya tanta demanda de dólares para importar energía, la política cambiaria empezaría a normalizarse. Los empresarios quieren que sea antes. En el medio, está el problema clave de la época: el precio de la moneda clave, el dólar, está en alza en todo el mundo debido a la política centralización monetaria que definió la Reserva Federal (FED) de EEUU subiendo las tasas de interés.
En esta coyuntura, Scioli ha ratificado que se trata de “equilibrar las cuentas”, tal como lo señalaban los ya ex ministros Matías Kulfas y Martín Guzmán. Pero para Scioli, “hay dos caminos: el ajuste o el crecimiento de los ingresos”.
Por caso, los empresarios de la Cámara Argentina de la Construcción
(Camarco) le manifestaron su descontento por el presupuesto de gastos 2022 firmado por Guzmán antes de irse. Allí, para satisfacer el déficit tope de 2,5% impuesto por el Fondo Monetario Internacional (FMI), la partida para obra pública fue achicada en 0,4%.
Más capacidad en uso
El UCII mide la proporción utilizada actualmente en función de la capacidad productiva total del sector. La base de referencia de esta última es el Valor Agregado Bruto (VAB) a precios
básicos del año 2004. El INDEC releva entre 600 y 700 empresas teniendo en cuenta cuál es efectivamente la producción máxima y de allí pondera el uso de la capacidad instalada de la rama. Toma en cuenta el aprovechamiento de las plantas productivas y el máximo de turnos posibles, por ejemplo.
Los aumentos en la capacidad productiva puesta en uso están relacionados principalmente a la mayor producción de acero crudo, en las industrias metálicas básicas; en el sector de alimentos y bebidas, al crecimiento en la producción de carnes rojas y en el nivel de utilización en las plantas de aguas y gaseosas. La industria metalmecánica se amplió por mayor fabricación de maquinaria agrícola y de electrodomésticos. La industria automotriz, con mayor cantidad de unidades fabricadas por las terminales. Los productos minerales no metálicos, por la suba en la fabricación de cemento, vidrio, placas de yeso y mosaicos. Los químicos, por mayor producción de fertilizantes, productos químicos básicos y materias primas plásticas. La refinación del petróleo por el mayor procesamiento de petróleo crudo. En las industrias del caucho y plástico fabricaron más cantidad manufacturas de ese material, y en las del papel y cartón, la producción de papeles sanitarios y para envases y embalajes, movieron fundamentalmente el aparato.