Un reciente informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) dio cuenta que la participación del dólar en las reservas de los bancos centrales de todo el mundo cayó por debajo del 59% en el último trimestre de 2021. Esta tendencia en curso desde hace dos décadas, no es ocupada principalmente por el yuan chino que solo explica el 25% de este reemplazo. Tampoco por otras monedas de reserva tradicionales como el euro, el yen y la libra.
Tres cuartas partes de ese cambio de reservas cae en manos de las monedas de economías más pequeñas como los dólares australiano y canadiense, la corona sueca y el won surcoreano.
El Banco de Israel, por ejemplo, es uno de los que adoptó esta estrategia de diversificación de sus reservas, que suman más de 200.000 millones de dólares.