E
s tal la crisis, que deja desnudos a propios y extraños.
Por un lado, la ministra de Desarrollo Social dio de baja 2.243 programas Potenciar Trabajo, en algunos casos por compra de dólar ahorro por un total de 864.828 dólares. Sin poner en duda la validez técnica de esta decisión, hacer hincapié en la misma deja en claro las prioridades.
Por otro lado, nada se sabe aún de los 41.000 millones de dólares que compraron el 1 % de las empresas en concepto de fuga entre 2015 y 2019 y son parte de un informe del BCRA. Incluso el propio presidente había dicho que se investigaría la responsabilidad penal del endeudamiento.
No pasa por la denuncia simple de espectador. La realidad devela de cada quién su intención.
Parte del triunfo del enemigo, es que la dirigencia transite por un medio. Poquito más allá, poquito más acá. Cualquier consenso es mejor que el pleito, es lo que de arriba se instala.
¿Cómo se sostiene la espera cuando este país tiene 9 billones de pesos en Leliq y pases en manos de 10 bancos y los salarios básicos de los convenios están lejos de la canasta básica?
Lejos quedó el combate al capital.
No deja de ser una pieza musical de museo, más que una consigna presente en la lucha del movimiento.