La Reserva Federal (Fed) y el Banco Central Europeo subieron nuevamente la tasa de interés de referencia: a 5,5% uno, a 4,25% el otro. Ambos, son los valores más altos desde 2001.
Desde marzo de 2022, la Fed acumula 12 subidas y 9 consecutivas el BCE. Intentan así enfriar la actividad y salir de la ola inflacionaria más importante desde 1980. El aumento del precio del dinero afecta a todas las economías del mundo: porque encarecen tanto sus deudas como el acceso a nuevos créditos.
En EEUU, el Indice de Precios llegó a 9,1% anual en junio del año pasado y se ubica en 3,8% ahora. En la zona del euro, llegó a ser del 10% en octubre 2022 y bajó al 5,5%.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) los respaldó porque la meta del 2% anual aún está lejos. Las tasas deben permanecer «altas» durante un tiempo «comprimiendo algo la actividad, aunque esperemos que no demasiado», dijo el jefe de Investigación.
Con este nuevo encarecimiento del precio del dinero, la Fed espera que “la restricción del crédito pese sobre la economía”. Su evaluación es que sigue tibia: crece a un ritmo «moderado» y con una creación de empleo «robusta». En junio se crearon 209.000 empleos netos y la tasa de desempleo bajó una décima y se ubicó en 3,6%.
Para el BCE es esperable que la inflación “se mantenga demasiado alta durante demasiado tiempo”, y ratificó que para reducirla, restringiría la actividad económica durante el tiempo que sea necesario.